Si bien los investigadores evaluaban dejar enterradas en el pantano a las partes más pesadas del avión desaparecido el 24 de julio en el Delta del Paraná, anoche finalmente lograron sacar los motores, un elemento clave para poder determinar las causas de la tragedia.

Anoche, cerca de las 22.30, los técnicos lograron sacar los motores del avión con andamios. Se estima que en el transcurso de hoy empiecen a llegar esas partes –primero en barco hasta Tigre, después en camiones– hasta un hangar abandonado del aeropuerto de San Fernando, donde la comisión investigadora instaló un laboratorio para realizar las pericias.

Las pruebas que determinarán por qué se estrelló el avión que piloteaba Matías Ronzano, cuyo copiloto era Emanuel Vega y con Matías Aristi como único pasajero, podrían demorar entre seis meses y un año, según estima la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil.

El avión había despegado de San Fernando el lunes 24 de julio a las 14.30 y se dirigía a Formosa. Pertenecía a la empresa agropecuaria Aibal S.A., radicada en la localidad de Bragado. El dueño de esa firma, Ignacio Aristi, es padre de Matías, único pasajero a bordo según el reporte. A los 5 minutos del despegue se cortó la comunicación. Pasaron 26 días hasta que finalmente el avión fue encontrado el último sábado, cerca de las 17.40, en el kilómetro 141,5 del río Paraná Guazú.

Fuente: Clarin