El padre de Agustina Bustos, Eduardo, recordó como cada mes que se cumple a su hija asesinada en el barrio Rucci. La mataron para robarle una mochila. El caso por ahora no llegó a juicio, y hay un detenido por el hecho, Matías Moreno.

En su escrito, el padre de Agustina puso. 
Hace 13 meses despedimos a mi hijita,  en un féretro, yacía dormida  con su rostro sereno, calmo, casi como un ángel.
La avaricia de un ser humano, con poco de hombre y mucho de cobarde, decidió que las escasas pertenencias de mi hija tenían más valor que su vida.

El muy cobarde usó un puñal para llevarse una mochila vacía de valores y una vida llena de proyectos, se llevó el amor, la esperanza, la alegría, la ilusión.
Se llevó todo.

Seguimos como familia  en vida y gritando fuerte y alto su nombre. Tan rodeado de gente y tan solos, por este camino que nos tocó transitar, duro, durísimo camino con la incertidumbre de no saber a dónde nos llevará, ni cuánto tiempo vamos a permanecer en él.

La gente que nos apoya es mucha y damos gracias a Dios por tenerlos a todos,  pero solo algunos pocos de ellos pueden imaginan nuestro pesar, nuestra desdicha.

Nos detenemos a observar su imagen,  a hablarle , a saludarla y esperar una respuesta, un gesto, un guiño de sus ojos y nos damos cuenta que ya no va a ser posible y ahí mismo nace de nuevo el dolor.

El destino y la muerte , heraldos envidiosos de la felicidad de nuestra familia, se confabularon para arrebatarnos uno de nuestros tesoros más preciados, y de una manera siniestra, violenta.

Llegará ese día en que los años nos caigan encima , que nuestros cabellos se llenen de blanco y que esperemos que ella cruce la puerta con su alegría de venir a visitar a “sus viejos” , pero nunca pasará , será otra ilusión , será otra vez volver a preguntar el “por qué”.

Agus Solange, que corta fue tu vida y que cantidad enorme de amor que dejaste, pero también que cantidad enorme de amor que te faltó recibir hijita.

Bregamos por salir adelante de tan difícil situación, de tan amargo sentimiento, de tanta injusticia, del sentimiento de impotencia . Anhelamos que el tiempo calme el dolor, aunque sea un poco.