Carolina Spiro es una policía a quien seguramente el año 2020 marcará para siempre.
Faltaban minutos para terminar su turno laboral como oficial de policías cuando un llamado urgente hizo que postergara su salida.
Casualmente ella tenía turno para donar plasma ya que se había contagiado de coronavirus y se recuperó, pero decidió dejar eso de lado y ayudar a una familia muy humilde que precisaba de sus servicios con inmediatez.
Se trasladó rápidamente hasta una precaria vivienda de calle Juana Azurduy al 500, donde se encontró con Soledad Arias, una joven madre de 23 años. Estaba en el baño, desesperada y pidiendo ayuda porque había roto bolsa y estaba por dar a luz.
Estaba sin su marido (quien se encontraba trabajando) y solo con la compañía de sus dos hijos chiquitos.
Carolina no dudó un segundo y la llevó hasta la habitación para empezar a asistirla porque ya no había tiempo que perder.
La llegada al mundo de la pequeña Florencia no se hizo esperar. “Tenía conocimientos básicos de madre y los que me dio la escuela de policías. Lo que más susto me daba era cortar el cordón”, contó Carolina. Sin embargo, gracias a la ayuda de sus compañeros, pudo cortarlo y hacer del proceso un momento exitoso.
Finalmente llegó la ambulancia y los profesionales médicos las trasladaron al Hospital Penna no sin antes constatar que ambas se encontraban en buen estado de salud.
“Es una sensación muy linda y de adrenalina. En ese momento no pensas en el covid, sino en ayudar a esa mamá que estaba muy nerviosa y sola con sus dos hijos chiquitos”, aseguró.
Esta entrada ha sido publicada el 15 de octubre, 2020 09:44
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