Plena la primavera, los días están soleados, las temperaturas cada vez más altas y cubrirse el rostro con el tapabocas puede resultar un poco incómodo.

Al salir a la calle se observa que cada vez son más las personas que no lo utilizan ya sea por incomodidad o por el propio calor, sin embargo, no hay nada que se pueda hacer contra ello.

Este elemento se volvió fundamental en el cuidado ante la pandemia y no es una opción no utilizarlo.

Juan Ditondo es neumonólogo en la ciudad y aseguró que la única forma de cuidarnos entre nosotros es utilizarlo, aunque también es realista y reconoce que se acerca el verano “y es difícil imaginar a las personas en la playa usando tapabocas”.

Además, también considera un rebrote ya que la posibilidad europea de un segundo brote está siempre latente.

Por otro lado, observó que la gente ya perdió el hábito de lavar diariamente el tapabocas y estableció una comparación: “Esto es como la ropa interior, si no lo lavas, andas asi y es parte de la higiene de cada uno”.