Distintas construcciones alrededor de la plaza Rivadavia, y en parte del microcentro, sirve de lugar para la vida de este animal que ahora se piensa que podría ser combatido con medios destructivos, a partir de una ley provincial que las considera parte de una plaga, capaces de ocasionar daños económicos y sanitarios, entre otros.

Desde Saneamiento Ambiental del municipio se había mencionado que nunca se implementó política alguna para combatirlas, a pesar de conocer los efectos negativos que tienen sobre la salud humana. Depende exclusivamente de los particulares establecer medidas restrictivas para que estas aves no ocupen sus inmuebles.

Ahora esa postura pública se podrá modificar, aunque para eso se necesita la consideración del tema por parte del Concejo Deliberante, a fin de establecer políticas y métodos sobre como afrontar la situación, Fernando Azcuaga, había presentado un proyecto que nuevamente se pondrá sobre la mesa para debatirlo.

Reconocen que es una problemática difícil de controlar, y por ese motivo es que piden a las autoridades municipales “propuestas superadoras de control ético” como las presentadas en el marco de la Mesa de Abordaje del Concejo, en junio del 2020.

En aquel entonces proteccionistas, científicos del Conicet, representantes del Colegio de Veterinarios, directivos de Veterinaria y Zoonosis y concejales, entre otros se reunieron para avanzar en el tema, pero “sin tener mayores respuestas hasta la fecha”.

Se sabe de la problemática, pero la intención es que ningún particular tome medidas de manera individual para combatirlas y regularlas con empresas especializadas.