En el marco de la celebración de los 40 años de la recuperación de la democracia, estuvo en Bahía Blanca Ricardo Gil Lavedra, uno de los integrantes del tribunal que juzgó a las juntas militares de la última dictadura argentina. En Siete Mundo Especial, el ex magistrado compartió detalles reveladores sobre aquellos momentos cruciales de la historia del país.

Gil Lavedra rememoró los desafíos que enfrentaron en los primeros años de la democracia, destacando la complejidad de la transición de una dictadura a un gobierno democrático en Argentina. “No es fácil la transición de una dictadura a un gobierno democrático. Sobre todo la transición argentina, que no fue a través de ningún acuerdo como hubo en otros países”.

El juez compartió detalles sobre la rapidez con la que se llevó a cabo el juicio a las juntas militares. Ante la insistencia de sectores militares por obtener amnistía, Gil Lavedra destacó la necesidad de actuar con celeridad para evitar posibles alzamientos. Su testimonio resalta la importancia de la decisión rápida en un contexto de incertidumbre.

“Los militares no pretendían ningún juicio, querían premios por haber derrotado al terrorismo. Y, lo que hoy se conoce como el círculo rojo, tampoco quería ningún juicio. El juicio no es que se daba naturalmente, tenía muchos escollos”, señaló.

Gil Lavedra también se refirió al impacto personal que tuvieron las largas jornadas de debate, en las que se escucharon los testimonios del horror sufrido por las víctimas de la dictadura.

“Nos conmovía. En muchísimos casos hemos llorado, nos hemos enojado, hemos sentido impotencia de escuchar estos relatos tremendos. Y con una particularidad, porque no se trató de que escucháramos un relato. Esto era diario. Hemos escuchado decenas, decenas, día tras día y esto tiene su impacto. Durante varios años, después de terminado el juicio, yo seguí soñando con algunos testimonios o me despertaba pensando en esto”, relató Gil Lavedra.

Gil Lavedra también abordó el impacto personal de escuchar testimonios tan impactantes. Sobre la película “1985”, el juez señaló que, si bien es una representación desde la fiscalía, no refleja completamente la complejidad del juicio. Reconoció la importancia de la película para mantener viva la memoria histórica pero destacó que no captura la totalidad de los acontecimientos.

“Es una película de ficción y comercial que escogió contar la historia desde el lado de la fiscalía. La película muestra como si el juicio hubiera sido una consecuencia natural y que todo se centró en la tarea de la fiscalía, pero no fue así. Sin duda no fue una consecuencia natural, sino que dependió de muchísimos acontecimientos más. Yo creo que la tarea de la de la fiscalía fue notable, pero en el juicio en la película hay algunas licencias…”

El juez destacó que el juicio a las juntas militares marcó un punto de inflexión en la recuperación democrática de Argentina. Subrayó que colocó en la agenda pública la importancia de los Derechos Humanos y el repudio a las dictaduras. Estos valores, según Gil Lavedra, siguen siendo consensos fundamentales en la sociedad argentina.

Al abordar la evolución del sistema judicial, el juez señaló avances tecnológicos pero criticó las demoras en la resolución de juicios. Destacó la falta de una política clara para los juicios de lesa humanidad, que ha llevado a una burocracia excesiva y demoras inaceptables en algunos casos. “Es una barbaridad que hace 18 años que la Corte Suprema anuló las leyes de obediencia debida y punto final y todavía no hayan podido concluir los juicios. Hay procesos en trámite y esto es inadmisible. Yo creo que porque no hubo una política especial para los juicios. Porque estos juicios no son cualquiera. Es decir, no se pueden aplicar las reglas comunes”, afirmó.