Omar aprendió el oficio cuando tenía 16 años. Primero fue empleado del ciclismo y luego se convirtió en dueño que funcionó en calle Florencio Sánchez al 200 hasta este fin de semana.

Desde 1970 este ciclismo funcionó en el barrio Napostá y fue el lugar de encuentro de muchos vecinos y vecinas del sector.

En diálogo con Canal Siete, se mostró emocionado y satisfecho por toda una vida dedicada a su oficio.

Omar expresó sentimientos encontrados acerca de dejar el negocio debido a una lesión en la pierna, pero tiene la intención de seguir trabajando en proyectos personales, como un prototipo de bicicleta.

Por otra parte, recordó el impacto que tuvo su oficio en generaciones, reparando bicicletas para hijos, nietos e incluso bisnietos de sus clientes.

Omar consideró espectacular su profesión, que le permitió apoyar la educación de sus hijas y agradeció a todos los que confiaron en su trabajo a lo largo de los años.