En un esfuerzo por concienciar a la sociedad sobre la importancia de elegir correctamente sus anteojos, surge el programa “Miremos Bien”. Este proyecto busca educar a la comunidad sobre la necesidad de adquirir lentes exclusivamente en ópticas autorizadas.

“Es crucial entender que, al comprar anteojos graduados o de sol, así como lentes de contacto, acudir a una óptica habilitada es la garantía de calidad y seguridad visual”, dijo Judith Pizzatti, presidente del Colegio de ópticos de la Provincia de Buenos Aires. “Solo en estos establecimientos se encuentra la supervisión de un óptico profesional matriculado, quien certifica que los productos cumplen con los más altos estándares de calidad”, agregó.

La preocupación radica en las prácticas deshonestas de ciertos grupos que lucran con la necesidad de las personas. Estos vendedores ilegales promueven campañas donde ofrecen anteojos a precios inflados, aprovechándose de la vulnerabilidad económica de muchos.

El programa “Miremos Bien” establece convenios con los municipios de la provincia de Buenos Aires para combatir esta problemática. A través de estos acuerdos, se comprometen a impedir la venta ilegal y a proporcionar asistencia profesional en materia óptica. Además, se busca ofrecer alternativas asequibles para aquellos que no pueden acceder al mercado convencional.

El riesgo de adquirir anteojos de origen dudoso va más allá de lo económico. Estos productos pueden no ser necesarios e incluso causar daños irreparables a la visión, especialmente en niños. Por ello, es fundamental desconfiar de las campañas ilegales y buscar siempre la orientación de un profesional de la salud visual.