La crisis en los hospitales privados de Bahía Blanca ha alcanzado un punto crítico. Marisa Villasanti, una profesional de la salud, revela la difícil situación que enfrentan los trabajadores del sector. Con sueldos congelados desde diciembre, rondando los 300.000 pesos. Están atrapados en una realidad económica que no refleja la inflación actual.

El problema se agrava con la negativa de las autoridades hospitalarias a pagar el aumento del 72% acordado en la paritaria, argumentando falta de fondos. Esta situación ha llevado a la unión de los cuatro hospitales privados de la ciudad en un pacto para no cumplir con sus obligaciones laborales, perjudicando directamente a los trabajadores.

La frustración se palpa entre el personal de salud, quienes se sienten abandonados por aquellos en puestos de poder. La posibilidad de realizar medidas de fuerza se ve obstaculizada por la necesidad de aprobación de las mismas por parte de las autoridades, que, según Villasanti, están desconectadas de la realidad del día a día en los hospitales.

Los trabajadores denuncian la falta de transparencia en la gestión de los fondos, así como el incumplimiento en los aportes a la jubilación y la obra social.

La situación se torna más alarmante cuando se revela que algunos sectores, como el de hemodinamia, han recibido el aumento correspondiente, mientras que otros, como el personal de enfermería y mantenimiento, continúan esperando una respuesta.

Villasanti enfatiza que la lucha no solo es por un aumento salarial justo, sino también por el reconocimiento de la labor incansable que realizan día a día en los hospitales. La movilización es la única herramienta que les queda para hacer escuchar su voz, aunque se enfrenten a represalias y obstáculos.