En un esfuerzo conjunto entre autoridades locales y equipos de construcción, se iniciaron los trabajos de reconstrucción del edificio afectado por el reciente temporal. Carlos Ibarra, Pastor, responsable del proyecto, compartió detalles sobre el proceso y las expectativas para restaurar el emblemático lugar del histórico salón de los deportes.

“Gracias a Dios, hemos comenzado con la demolición de la pared frontal, la parte más afectada por el embate del temporal. Estamos trabajando con entusiasmo y dedicación para restaurar pronto estas instalaciones”, expresó Ibarra.

Los daños, aunque inicialmente poco visibles desde el frente, eran significativos y ponían en riesgo la estructura. “La pared estaba levemente inclinada, pero al inspeccionar más de cerca, notábamos su grave deterioro. Había riesgo de derrumbe, lo que nos impedía utilizar el salón“, explicó.

Afortunadamente, gracias a la rápida acción y al hecho de que no había actividad en el edificio durante el momento del temporal, se evitaron consecuencias graves. “Si bien no sufrimos las mismas consecuencias que otros lugares, reconocemos el potencial peligro al que estábamos expuestos“, agregó.

El proceso de reconstrucción implicará la demolición de la estructura afectada, con la posibilidad de salvar ciertas partes. “Esperamos preservar al menos una pequeña losa de la fachada original, aunque estamos preparados para una demolición completa si es necesario“, señaló Ibarra.

Además de restaurar la estructura, se están considerando opciones para modernizar el diseño. “Estamos analizando cómo combinar la reconstrucción con toques contemporáneos, manteniendo la esencia histórica del edificio pero dándole un aspecto renovado“, destacó.

El proyecto también contempla fortalecer la pared para prevenir futuros daños. “Queremos asegurarnos de que este lugar, con su rica historia en la ciudad, pueda mantenerse en pie y seguro para las generaciones futuras”, concluyó Ibarra.

Por su parte el periodista Mario Minervino, abordó la nostalgia y el valor simbólico de un ícono bahiense como lo es el Salón de los Deportes.

Minervino destacó la importancia histórica de este espacio, que trascendió su denominación inicial para convertirse en un epicentro cultural y deportivo de la región.

“Los viernes a la noche, los bailes de carnaval eran toda una revolución. Era difícil imaginar la magnitud de aquel movimiento que congregaba a toda la ciudad“, expresó Minervino, subrayando la vitalidad que irradiaba el lugar en su época dorada.

El Salón de los Deportes no solo fue el epicentro del boxeo y el básquet, sino que se erigió como un espacio multiuso que acogía desde actos políticos hasta espectáculos circenses, marcando así un hito en la vida cultural de Bahía Blanca.

Sin embargo, con el paso del tiempo, el Salón de los Deportes cerró sus puertas en 1975, dejando tras de sí un vacío que tardaría en llenarse. Tras años de abandono, el lugar fue reutilizado como complejo deportivo y luego la transformación no se detuvo ahí. Finalmente, el edificio encontró un nuevo propósito como sede de una iglesia evangélica, uniéndose así a la lista de lugares emblemáticos que han sido reutilizados para otros fines.

A pesar de los cambios, el Salón de los Deportes sigue siendo un punto de referencia en la memoria colectiva de la ciudad. Aunque su fachada haya cambiado y sus actividades se hayan diversificado.