Los comerciantes están con gran preocupación por la factura eléctrica. ¿La razón? Los costos exorbitantes que están llegando. Esta preocupación ha llevado a un llamado urgente al Congreso de la Nación para que intervenga con una ley que regule este aspecto crucial para la economía de muchos.

El impacto de esta medida se ha hecho sentir en los bolsillos de los comerciantes. Un ejemplo, dijo Daniel Acuña, de la Cámara de Almaceneros, lo encontramos en la factura eléctrica de una vivienda, donde el consumo diario puede ascender a 245 pesos, totalizando 7335 pesos al mes. Sin embargo, la factura final puede superar los 30.000 pesos, lo que representa más del 400% sobre el consumo real. Esta disparidad se vuelve aún más preocupante en el caso de comercios, donde las facturas pueden alcanzar cifras astronómicas, como más de 800.000 pesos para algunos.

La consecuencia directa de estas facturas desproporcionadas es el traslado de costos a los precios de los productos y servicios ofrecidos por estos comercios. Esta carga adicional se suma a la ya complicada situación económica que enfrentan muchos consumidores, exacerbando aún más la crisis.

Por eso solicitan que las facturas eléctricas reflejen únicamente el consumo real, eliminando impuestos injustos y burocracias que dificultan la reducción de costos.