Favio Rodríguez, representante de la Cámara de Estacioneros, detalló la complicada situación energética que atraviesa Argentina. Hace tres semanas, el país comenzó a experimentar un adelantamiento del invierno con temperaturas inusualmente bajas para mayo, lo que disparó la demanda de gas domiciliario. Este incremento en la demanda ha llevado a que muchas estaciones de servicio experimenten cortes de suministro, una medida que ya estaba prevista para situaciones de alta demanda.
La crisis ha golpeado con especial dureza al centro y norte del país. Ciudades como Córdoba y otras localidades del norte enfrentan cortes totales de suministro de gas. En Bahía Blanca, la situación es similar, dijo Rodriguez. “Las estaciones interrumpibles llevan tres semanas sin suministro y aquellas que no lo son deben ajustarse a un cupo diario que solo cubre el 60% de la demanda, dejando una parte significativa del mercado sin abastecimiento“.
A nivel nacional, la situación llevó al gobierno a decretar la preemergencia energética. Esto permitió la compra de buques de gasoil, fueloil y gas natural licuado (GNL). Ayer, por ejemplo, se destrabó un buque de GNL adquirido a Petrobras, que será inyectado en el sistema a través del puerto de Escobar, dando esperanzas de que la situación mejore en una semana.
La crisis se debe principalmente a problemas de infraestructura, no de falta de gas. Los gasoductos necesitan inversión para operar al 100%, como el Néstor Kirchner, que actualmente solo funciona al 50% de su capacidad. “Necesitamos seguir invirtiendo porque gas tenemos”, enfatizó Rodríguez.
Aumento de combustibles a partir de junio
Además de la crisis energética, Rodríguez anunció un próximo aumento en los precios de los combustibles líquidos, efectivo desde el próximo sábado. Este incremento estará impulsado por una suba en los impuestos, representando entre un 1% y un 1,5% del valor del litro, lo que se traduce en un aumento de entre 10 y 15 pesos por litro. Sin embargo, se espera que las petroleras ajusten también sus precios debido a la inflación y la variación del dólar, llevando el aumento total entre un 3,5% y un 5%, es decir, hasta 50 pesos por litro.
Desde diciembre, los combustibles han acumulado un aumento significativo, lo que representa casi un 200% de incremento acumulado. Actualmente, los precios están equiparados con los valores internacionales, lo que ha disuadido a extranjeros de países vecinos como Brasil y Uruguay de cargar combustible en Argentina.
Esta sincronización con los precios internacionales y la estabilidad relativa de los precios frente a la inflación sugieren que no habrá más retrasos significativos en los precios de los combustibles a corto plazo, según Rodríguez. Esto refleja un mercado que, aunque ajustado, empieza a encontrar un equilibrio.