El histórico club Defensores del Sur, ubicado en Ingeniero White, se mantiene como un emblema del barrio y un testimonio vivo de la comunidad que lo sostiene. En un emotivo discurso, uno de los referentes locales lo comparó con la película Luna de Avellaneda, recordando su función como lugar de encuentro y recreación para generaciones de vecinos.
“Este es el club del barrio. Los más jóvenes quizá no lo conozcan, pero aquí veníamos a jugar al metegol, al billar, a las cartas, y terminábamos en la cancha de fútbol”, evocó con nostalgia. Entre las memorias destacadas, mencionó la ocasión en que, junto a Francisco Nani, una figura destacada del fútbol en White, pintaron juntos la cancha.
Hoy, Defensores del Sur sigue siendo un pilar en la comunidad, ofreciendo una escuela de fútbol que reúne a jóvenes del barrio en un espacio de aprendizaje y diversión. “No es poco para White”, expresó, resaltando la importancia de esta actividad en un contexto donde el club actúa como un punto de unión entre vecinos de distintos sectores.
El agradecimiento también se extendió a quienes, a pesar de las adversidades, han trabajado arduamente para mantener el club en pie. “Lo que sostiene este lugar es su gente. El techo cobija, pero lo significativo son las personas que hacen vida aquí adentro”, aseguró, reconocieron el esfuerzo de socios, dirigentes y colaboradores.
Además, destacaron las recientes obras realizadas en el club, como la mejora del piso de la cancha, que antes estaba en malas condiciones. Estas reformas fueron posibles gracias a la colaboración entre el municipio, y el puerto, que aportaron pintura y mano de obra para renovar este espacio de juego.
