El programa “Clubes de Pie” nació como un sueño ambicioso, casi utópico, pero logró transformarse en una realidad gracias al trabajo conjunto entre el sector público, las empresas locales y la comunidad. La iniciativa, impulsada por el intendente Susbielles, Gustavo Lari y su equipo de Deportes, buscaba ayudar a numerosos clubes de Bahía Blanca que enfrentaban condiciones críticas.
Uno de los aliados clave en este proceso fue la empresa Mega. Según representantes de los clubes, Mega fue un verdadero “ángel de la guarda”, proporcionando no solo recursos materiales sino también esperanza en momentos de adversidad.
El apoyo permitió llevar a cabo mejoras cruciales en las instalaciones deportivas. Se instalaron columnas de acero para reforzar paredes, se completó un tinglado de alta calidad y se colocaron ventanales que llenaron los espacios de luz. Estos avances superaron ampliamente los esfuerzos comunitarios previos, que, aunque valiosos, no lograban cubrir los altos costos de las reparaciones necesarias.
La situación se agravó tras el temporal del 16 de diciembre, que dejó a muchos clubes gravemente dañados. La magnitud de las pérdidas obligó a una rápida respuesta del gobierno local, que entendió la urgencia de unir voluntades y coordinar esfuerzos. “Teníamos dos opciones: quedarnos mirando lo que había ocurrido o juntar toda la fuerza solidaria de Bahía Blanca para reconstruir“, señalaron las autoridades.
En menos de 48 horas tras el desastre, se plantearon metas ambiciosas, como la reconstrucción del gimnasio Barracas, completamente destruido. Aunque parecía un desafío inalcanzable, la confianza en las empresas locales y la unión de la comunidad hicieron posible lo que inicialmente era solo un sueño.