En medio de una situación económica que golpea con fuerza al comercio local, los emprendedores de Bahía Blanca apuestan por la creatividad, la tradición y el esfuerzo para sostener una de las celebraciones más esperadas del año: la Pascua. Claudia, referente de la reconocida pastelería Nevada, resume con contundencia el momento actual: “La peor de la historia. Casi con 50 años, nunca viví algo así”. Aun así, no baja los brazos. “Tenemos ganas de salir adelante, de olvidarnos un poquitito de todo, aunque sea con un huevo de Pascua”, dice con una sonrisa que no esconde la lucha.
Este año, los aumentos fueron inevitables: “Un huevito que el año pasado costaba 1.000 pesos hoy está 1.800. El aumento ronda el 80%”, detalla. Sin embargo, Claudia destaca que mantuvieron el precio de uno de los huevos más pedidos, el familiar de $11.000, con apenas un 38% de incremento. “Es un huevo grande, para dos o tres personas, y queríamos que siga siendo accesible”.
Pero si hay algo que distingue a Nevada es su capacidad de innovar. Este año, el personaje estrella no es un conejo: “Los capibara invadieron todo. Los chicos los aman, y yo también. Logramos hacer huevos de capibara a $17.000, un precio que creemos que muchas familias pueden pagar”, cuenta Claudia mientras muestra las decoraciones que llenan el local.
Los huevos no solo son atractivos por fuera. En su interior, traen lentejas de chocolate, “odio las de fruta”, aclara, confites con formas de ositos y patitos, y hasta pequeños regalos: aritos, anillitos y sellitos. “Es una sorpresa que se usa y se guarda, algo que los chicos disfrutan mucho tiempo”.
Para todos los bolsillos, hay opciones: desde un huevo individual de $3.500, otro más completo a $7.000, hasta llegar al familiar de $11.000. El más caro, de $43.000, es un gigante que ya no producen tanto como antes. “Los de 3 kilos, este año, no salieron”, reconoce.
Pero la Pascua no termina en los huevos. La rosca sigue siendo una protagonista infaltable. Y en Nevada hay para todos los gustos: la tradicional con pastelera ($9.600), la de doble pastelera o con dulce de leche ($12.000), una versión con nueces en la masa ($16.000) y la joya de la casa, la rosca italiana, completa con frutas confitadas, almendras, nueces, higos y más, a $20.000.
Rodolfo, el pastelero estrella que trabaja con Claudia desde hace 30 años, es quien le da forma y sabor a estas delicias. “Estamos haciendo unas 200 roscas por día, y para el fin de semana esperamos más”, asegura mientras rellena con generosidad una rosca de dulce de leche.
Pese al contexto difícil, Claudia tiene fe en las ventas. “No tenemos fiesta en White, pero más que nunca tenemos que festejar. Estar en familia, agradecer. Los que no perdimos a un ser querido, tenemos que sentirnos afortunados”.
