Lucía Bonnat, licenciada en obstetricia, desmintió públicamente al director del hospital y confirmó que las imágenes viralizadas son actuales. El equipo exige condiciones mínimas para continuar brindando atención.
“Las imágenes son de ayer. Las sacamos nosotros, al volver a la guardia.” Con esa afirmación, directa y sin rodeos, Lucía Bonnat, licenciada en obstetricia del Hospital Penna de Bahía Blanca, desmiente las declaraciones del director del hospital, quien había asegurado que las fotos que muestran las condiciones deplorables de la guardia de partos eran antiguas.
En diálogo con la prensa, Bonnat relató el detrás de escena de una situación que generó conmoción en la comunidad médica y entre pacientes. Según explicó, luego de la inundación que afectó al hospital, el equipo de obstetricia se trasladó provisoriamente al Hospital Italiano, donde continuaron brindando atención de manera ininterrumpida. “Éramos el único servicio del Penna que seguía funcionando con normalidad. Eso nos emocionó mucho”, confesó.
Sin embargo, el regreso al área de partos fue un baldazo de agua fría. “Cuando volvimos este lunes, encontramos un panorama que no era el que nos habían prometido. No volvimos a un quirófano funcional ni a condiciones saludables para las pacientes. Queremos un servicio acorde a lo que siempre ofrecimos: atención de calidad”, afirmó.
La profesional aseguró que, si bien se había anunciado que el espacio estaba listo, aún hay carencias graves. “Faltan puertas, hay solo cuatro sillas para todo el equipo, no tenemos taquillas para nuestras pertenencias ni espacio adecuado para los medicamentos, que terminan sobre la mesa donde comemos. Neonatología no está funcionando y la sala de guardia comparte espacio con internación, lo que pone en riesgo la privacidad de las pacientes”, detalló.
También se refirió al supuesto nuevo mobiliario del que habló el director: “No decimos que no haya mobiliario. Decimos que es insuficiente. Hay una camilla nueva, pero faltan sillas y otros elementos esenciales para el trabajo cotidiano”.
Otro punto crítico fue la comunicación, o la falta de ella, con las autoridades del hospital. Bonnat denunció que en dos meses hubo muy poco diálogo con la dirección. “Nos avisaban sobre la marcha. Un día nos dijeron que el convenio con el Italiano se cortaba, y que teníamos que volver. Así, sin más. No hubo una reunión formal, ni un consenso con todos los jefes de área sobre la habilitación del servicio”, señaló.
A pesar del panorama, el equipo de obstetricia sigue atendiendo. “Nunca hablamos de cortar el servicio. Sabemos que somos la única maternidad pública del sur de la provincia. Atendemos a familias de Bahía Blanca, de Monte Hermoso, Médanos, Buratovich… Si nosotros paramos, ¿a dónde va a ir esa gente?”, reflexionó. Pero advirtió: “No queremos seguir en estas condiciones. Nos duele. Duele porque dejamos todo, pasamos muchas horas dentro del hospital, y solo pedimos condiciones dignas para trabajar”.
