Hace más de dos meses que los estudiantes de la Escuela N° 41 y del jardín de infantes de matrícula mínima en el paraje Alférez San Martín no pueden asistir a clases. ¿La razón? El desborde de un arroyo destruyó por completo el camino de tierra que conecta la Ruta Nacional 3 con esta pequeña comunidad rural del partido de Villarino.
“El arroyo se comió toda la calle por la que los chicos acceden a la escuela. A la escuela le entró más de un metro y medio de agua. Un desastre”, relata Daiana Zabala, madre e integrante activa de la comunidad educativa. El acceso principal, ubicado a la altura del kilómetro 708 de la Ruta 3, es vital no solo para el transporte escolar, sino también para llegar a una planta potabilizadora de agua que abastece a la zona, donde el agua de pozo contiene arsénico.
“Estamos aislados. Pasaron una máquina, pero mal. Lo peor del camino ni siquiera lo arreglaron”, denuncia Zabala. La gravedad del caso obligó a docentes, auxiliares y padres a ingresar por un campo seco y colaborar con tareas de limpieza. “Entramos después de un mes, con permiso de un vecino, porque tanto el camino de la Ruta 35 como el de la Ruta 3 estaban intransitables. El barro era terrible. No quedó nada en la escuela. Se le abrieron las ventanas y el viento hizo un remolino adentro”.
La comunidad señala la falta de respuestas concretas por parte de las autoridades. “Tenemos reuniones, pero poca acción. Los chicos llevan dos meses sin clases. La maestra les deja tareas, pero ellos quieren volver. Necesitamos el camino. Que piensen en los chicos al menos”, exige Zabala.
Mientras las obras de reparación en el edificio escolar avanzan lentamente, la urgencia principal sigue siendo el acceso. “Ese camino depende del municipio de Villarino. Los chicos no usan el de la Ruta 35 porque es mucho más largo y el transporte escolar no va por ahí. Si la escuela estuviera habilitada hoy, igual no podrían ir porque no tienen cómo llegar”.
Esta entrada ha sido publicada el 12 de mayo, 2025 14:18
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