Bahía Blanca comienza a ser parte de la segunda etapa del Plan Nacional de Rutas, una ambiciosa iniciativa que contempla más de 4.400 kilómetros de rutas nacionales bajo un modelo de concesión privada. En esta nueva fase, el tramo que conecta la ciudad con Cañuelas, Ruta 3 Norte, se convierte en uno de los puntos clave para el desarrollo del corredor sur bonaerense.
Según confirmó Mauro Reyes, presidente del Concejo Deliberante, ya se abrió el período de licitación para que las empresas interesadas presenten sus propuestas. “Estamos contentos porque este tramo ya estaba predeterminado y ahora comienza la etapa en la que se define qué empresa o consorcio estará a cargo de la obra”, señaló Reyes.
El modelo elegido por el Gobierno Nacional y Vialidad Nacional es el de concesión: el Estado licita la obra y otorga a empresas privadas la potestad de ejecutarla y luego recuperar la inversión mediante el cobro de peajes. No se trata de una intervención estatal directa, sino de un esquema en el que la inversión inicial corre por cuenta de los privados, quienes luego gestionan el mantenimiento y explotación de la ruta durante el tiempo que dure la concesión.
¿Qué trabajos contempla la obra?
La intervención no solo se limitará a mejorar el estado del asfalto, sino que incluirá tareas de señalización, demarcación, ensanchamiento de banquinas y otras condiciones técnicas que transformen el corredor en lo que se denomina una “ruta segura”. Reyes explicó que, si bien no se proyecta una autopista completa, algunos tramos podrían contemplar carriles adicionales en zonas de mayor peligrosidad o flujo vehicular, al estilo de lo que ya se ha implementado en la Ruta 51.
“La mayoría del recorrido tendrá mejoras en la calzada y en las condiciones generales de seguridad. En sectores puntuales, dependiendo de la demanda y el riesgo, se podrían implementar carriles dobles o ampliaciones especiales”, detalló el presidente del HCD.
¿Cuándo comienza y cómo se financia?
Actualmente, las empresas están evaluando los pliegos, que incluyen requisitos técnicos, condiciones económicas y la posibilidad de instalar lugares de peaje. “El proceso de licitación lleva algunas semanas porque las empresas deben calcular costos, analizar riesgos y definir su estrategia de recuperación de la inversión”, explicó Reyes.
El monto de inversión aún no está definido, ya que se trata de una licitación abierta. Las empresas competirán no solo por ofrecer precios más bajos, sino también por proponer esquemas de cobro de peaje más accesibles y sostenibles a largo plazo.
