En un contexto político y económico de extrema tensión y transformación en Argentina, el economista, político y actual diputado nacional Ricardo López Murphy ofrece una mirada crítica y equilibrada sobre las medidas económicas del gobierno, la reacción de la ciudadanía ante las nuevas políticas y su posición frente al oficialismo. Fiel a su estilo directo y sin concesiones, habla del escepticismo social, la necesidad de inversión, la debilidad del empleo y el respeto institucional como pilares para una república sana.
Consultado sobre la reutilización de ahorros personales y la posibilidad de canalizarlos al sistema financiero, López Murphy se mostró escéptico. “Las decisiones de ayer me parecen voluntaristas. Durante años de inflación, nuestra ciudadanía construyó pequeñas reservas en moneda extranjera para emergencias. No veo fácil que la gente use esos recursos para el consumo”, advirtió.
Y fue más allá: “Es verdad que si esos fondos se canalizaran a los bancos, se facilitaría el crédito a las empresas, pero también es cierto que en este país hubo cinco confiscaciones de depósitos. La desconfianza está instalada y es comprensible”. En esa línea, agregó que la recuperación de la confianza será lenta. “Como Tomás en el Evangelio, la gente quiere meter la mano en la herida”.
Ante la sospecha de que ciertas medidas puedan estar orientadas a blanquear capitales no declarados, el diputado fue claro: “Para eso se necesita una ley. No se puede hacer la vista gorda. Ya hubo varios blanqueos: dos con Cristina Kirchner, uno muy grande con Macri, y otro importante en octubre pasado bajo Milei. Estamos hablando de más de 170.000 millones de dólares regularizados. Si queda algo pendiente, probablemente sean pequeños montos. Pero sin ley, eso no se puede hacer”.
Sobre el balance de la gestión económica en este año y medio, López Murphy no dudó en reconocer avances, aunque también marcó falencias. “Se logró reducir la inflación y normalizar muchas variables. Eso es cierto. Pero el Banco Central no está comprando dólares, y eso es preocupante. Los dólares que se pidieron prestados para recomponer reservas se están usando para pagar, no para acumular. Eso no es sano”, remarcó.
Desde su visión, una estrategia de compra sostenida de divisas sería más saludable para la inversión, el empleo y las exportaciones. “No tenemos por qué ser distintos del resto de los países emergentes. Ellos compran dólares, fortalecen sus reservas y ganan previsibilidad”.
Respecto a la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, fue crítico con las herramientas adoptadas: “El gobierno busca resultados rápidos en inflación, pero presiona salarios que ya vienen rezagados. Eso no forma parte del protocolo ortodoxo. Ni fijar precios, ni meterse con las prepagas, ni con los sueldos debería ser el camino. El problema estructural está en la falta de inversión. Sin demanda de trabajo, no hay mejora posible en los salarios”.
Finalmente, al ser consultado por su relación con el presidente Javier Milei, López Murphy marcó distancia con firmeza. “No formo parte de la coalición oficialista y no comparto su estilo. No estoy de acuerdo con la actitud del gobierno hacia la prensa. El periodismo debe ser libre y molesto. Necesitamos periodistas que se animen a preguntar”.
Criticó también el uso del lenguaje agresivo y la falta de respeto hacia los adversarios: “No me gusta la animalización del otro. Pasó antes y pasa ahora. A mí nadie me tiene que domar. No soy un animal”.
En un cierre contundente, dejó clara su postura: “No me voy a subordinar al poder, ni ahora ni nunca. Convivimos en la pluralidad, y eso exige diálogo, respeto y un sistema institucional fuerte”.
Esta entrada ha sido publicada el 23 de mayo, 2025 13:10
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