El 2 de junio suele ser una fecha de celebración para los cuerpos de bomberos voluntarios del país. Sin embargo, este año, en Ingeniero White y Bahía Blanca, el homenaje tiene un tono mucho más solemne. A casi tres meses de las trágicas inundaciones del 7 de marzo, que golpearon con fuerza a toda la región, los bomberos no solo son reconocidos por su labor, sino por haber puesto el cuerpo aun cuando sus propias casas estaban bajo agua.
“Es un 2 de junio distinto. Habitualmente es más festivo, pero esta vez está marcado por lo que pasó, por lo que todavía estamos recuperando”, explica Norberto Colace, jefe del cuartel de bomberos voluntarios de Ingeniero White, en diálogo con Canal Siete. La emoción es inevitable. No es solo un recuerdo reciente: aún hay zonas y personas afectadas, cuarteles dañados, equipos por reponer. Pero también hay algo más fuerte: la vocación.
“Nosotros vinimos a ayudar, pero también éramos parte del problema. Muchos compañeros dejaron de lado sus circunstancias personales para atender la emergencia. Primero la comunidad, después la casa de uno”, afirma Colace.
La madrugada del 7 de marzo dejó imágenes imborrables. Casas anegadas, familias enteras evacuadas y voluntarios trabajando sin descanso. No hubo que tocar la sirena. No hizo falta. “La mayoría sabía que algo iba a pasar. Y se vino al cuartel. Nos autoconvocamos. Esa es la fuerza que tiene este equipo”, cuenta.
A pesar de los daños sufridos, tanto en lo personal como en lo institucional, el propio cuartel también se inundó, el trabajo no se detuvo. “Vamos recuperando de a poco lo que se rompió. Sin prisa pero sin pausa. El cuartel ya está en camino a la normalidad”, asegura Colace.
La emergencia también dejó enseñanzas: fallas en las comunicaciones, zonas desconectadas, necesidades logísticas que aún requieren soluciones estructurales. “Nos dejó muchas reflexiones. Hay cosas que se pueden mejorar y tenemos que prepararnos mejor para lo que pueda venir”, dice con convicción.
Pero si algo marcó positivamente este momento tan duro, fue la respuesta de la sociedad. El cuartel lanzó una convocatoria para nuevos aspirantes y la respuesta fue abrumadora. “Esperábamos un número importante, pero no el que tuvimos. Se despertó una vocación que quizás estaba dormida”, dice Colace, sorprendido pero feliz.
“Se requiere mucha vocación. Acá uno empieza a dejar cosas de lado, y no todos están dispuestos. Pero los que lo hacen, lo hacen con el corazón”, remata.
Esta entrada ha sido publicada el 2 de junio, 2025 16:08
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