Fabricio Pascansky, comerciante y damnificado por hechos delictivos en el Parque de Mayo, relata con resignación lo que vive desde hace más de dos años en uno de los espacios públicos más tradicionales de Bahía Blanca. La falta de movimiento, la caída en la actividad comercial y una serie de robos crecientes encendieron las alertas entre los vecinos y trabajadores de la zona.
“Hace dos años y medio que estamos en el parque. Ya desde el inicio de la obra notamos que había circulación de noche, pero era algo habitual. Lo distinto vino después del temporal fuerte y la inundación. El parque cambió. Hoy está en su peor momento”, cuenta Pascansky. La caída de árboles trajo algo de luz natural al espacio, y la poda ayudó a despejar, pero la sensación general es de abandono.
La falta de circulación también tiene relación con los cortes de tránsito en el puente del parque, lo que reduce considerablemente la presencia de personas en la zona. “El parque ya no es lo que era. Lo vimos cambiar. Es ideal para caminar y despejarse porque no hay tránsito, pero la parte gastronómica está muy afectada”, agrega.
Los hechos de inseguridad se repiten. Según Fabricio, ya son al menos cinco o seis robos en ese período. “Al principio barreteaban puertas para robar bebidas de los depósitos. Pero ahora rompieron vidrios, robaron celulares y plata. Hicimos la denuncia. La situación se volvió más seria.”
El local que administra no cuenta con personal de seguridad durante la madrugada. “No podemos costearlo. En algún momento se habló con otros comerciantes para organizar rondines, pero la falta de iluminación lo complica todo.”
Aunque en algunas ocasiones la policía respondió rápido, como en una reciente falsa alarma donde llegaron en cuestión de minutos con varios móviles y motos, el comerciante cree que falta más presencia preventiva. “Sí, pasan. Tenemos contacto con la comisaría. Pero una cámara del municipio ayudaría muchísimo. También mejor iluminación. Eso es clave.”
A pesar del panorama, Fabricio no piensa en irse. “Vamos a seguir. El negocio anda bien, estamos conformes. El parque es hermoso, aunque hoy lo veamos deslucido. Bahía entera está golpeada, y esto no es la excepción.”
La experiencia de Pascansky no es aislada: otros locales de la zona también sufrieron robos y se enfrentan a las mismas limitaciones. El reclamo, común a todos, apunta a una solución concreta: más seguridad, más luz y más presencia estatal para recuperar un espacio que supo ser orgullo de la ciudad.
Esta entrada ha sido publicada el 3 de junio, 2025 14:30
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