Por la creciente incertidumbre institucional, la fuga de profesionales al sector privado y los recortes presupuestarios, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) atraviesa una de sus crisis más profundas. Así lo expresaron Federico Castoldi, director de INTA Bordenave, y Daniel Iurman, director de INTA Ascasubi, quienes denunciaron el debilitamiento de una de las instituciones científicas más relevantes del país para el desarrollo agropecuario.
“Hace tiempo que vemos un alto grado de incertidumbre respecto a lo que ocurre en la institución. Como en otros organismos del Estado, estamos sufriendo la migración de profesionales altamente capacitados al ámbito privado”, alertó Castoldi. La situación, marcada por sueldos bajos y un presupuesto congelado desde hace meses, ya muestra consecuencias concretas: “Ayer se fue el coordinador nacional de maíz. Era una persona con doctorado, posdoctorado, con altísima formación. Nos cuesta mucho sostener este nivel de talento”, agregó.
Desde el INTA aseguran que este vaciamiento afecta directamente a los productores más vulnerables, aquellos que no pueden contratar asesoramiento privado y que dependen del conocimiento público para producir con eficiencia. “Nuestros conocimientos están disponibles para todos, pero si el Estado nos deja sin recursos, esos saberes quedarán solo para quienes puedan pagar”, advirtió Iurman.
La crisis institucional no es solo económica. Según los directores, hay una avanzada del Gobierno para modificar la histórica gobernanza del organismo, quitándole la autarquía que lo caracteriza desde su fundación hace más de 70 años. “El Consejo Directivo del INTA está conformado por representantes de la academia, de las entidades de productores y del gobierno en minoría. Ahora quieren cambiar esa composición por decreto, dándole mayoría al Ejecutivo. Eso rompe con una historia de equilibrio institucional que fue clave para que el INTA no esté sometido a los vaivenes políticos”, denunció Castoldi.
Ambos funcionarios agradecieron el respaldo público que recibieron de las entidades de la Mesa de Enlace y destacaron que su reclamo no es confrontativo, sino constructivo. “No estamos en contra de nadie. Estamos del lado de la producción, de la Argentina del interior, de quienes todos los días apuestan a este país desde el campo”, subrayaron.
En el fondo, lo que se pone en discusión es el modelo de país que se quiere construir: “El INTA no sobra. Somos apenas 6.000 personas en todo el país, con agencias desde Ushuaia hasta La Quiaca. Nuestra presencia territorial es fundamental para el desarrollo local”, expresó Castoldi.
Iurman, por su parte, planteó una propuesta concreta: “Estamos dispuestos a que una consultora privada audite la inversión que se hace en el INTA. Hay estudios que indican que por cada peso que se invierte en el instituto, se generan retornos de 10, 15 o incluso 20 pesos. ¿Por qué recortar justamente a un organismo que genera valor?”
Frente a declaraciones públicas del ministro de Desregulación que admitió desconocer las funciones del INTA, los directores recordaron que el actual presidente del organismo, Nicolás Bronzovich, designado por este gobierno, conoce perfectamente el trabajo territorial y científico que se realiza: “Estuvo en nuestras estaciones experimentales, vio con sus propios ojos lo que hacemos. Si hay dudas, que nos escuchen, que vengan a ver. Porque dejar caer al INTA es una mala idea para el país que produce”.
