El comercio minorista de Bahía Blanca cerró el Día del Padre 2025 con números que profundizan una tendencia preocupante: las ventas cayeron un 7% en términos reales respecto al año pasado. Lejos de ser un tropiezo aislado, el dato se suma al retroceso del 8% registrado en 2024, lo que configura una pendiente descendente en el consumo local para una de las fechas clave del calendario comercial.
El ticket promedio de este año rondó los $40.000, una cifra idéntica a la de 2024. Sin embargo, descontando la inflación acumulada, ese valor representa una pérdida clara en el poder adquisitivo. Como resumen varios comerciantes consultados, “la gente gastó lo mismo, pero compró menos”.
Frente a este escenario, los locales pusieron en marcha distintas estrategias para intentar sostener el nivel de ventas: cuotas sin interés, promociones con tarjetas de crédito y descuentos por pago en efectivo fueron las herramientas más frecuentes. A pesar del esfuerzo, las medidas solo alcanzaron para evitar un derrumbe más brusco. La mayoría de las compras se concretaron justamente apelando a estos beneficios, confirmando que el consumo se ha vuelto más racional y medido.
Una explicación recurrente es que los consumidores ya no solo miden el gasto en regalos, sino que también deben prever los costos asociados a las reuniones familiares, lo que convierte a estas fechas en un gasto “por vía doble”.
A este contexto adverso se sumó un condimento extra: la celebración coincidió con un fin de semana largo, lo que redujo la circulación de personas en los centros comerciales. Muchos ciudadanos optaron por viajar o destinar sus recursos al ocio y el turismo, en lugar de volcarse al consumo local.