Vecinos del barrio Grunbein se reunieron para reclamar por el estado crítico de las calles y las persistentes pérdidas de agua que afectan a varias cuadras del sector. La situación se agrava con bacheos mal realizados, desagües tapados y una falta de mantenimiento sostenida en el tiempo.
La protesta fue reflejada en Siete Mundo, donde varios vecinos expusieron la problemática. “Nos juntamos un grupo de vecinos para reclamar por las pérdidas de agua en Rafael Obligado al 5900. Está todo tapado desde la última inundación y nunca más hicieron nada”, explicaron.
La falta de mantenimiento genera una cadena de complicaciones: “Los chicos bajan del colectivo para ir a la escuela y meten la pata en el agua. Es un desastre”, añadió. A eso se suma la peligrosidad vial: “El que no conoce el barrio cae en la trampa del lomo de burro y los pozos. El otro día una vecina rompió la rueda del auto”.
Otra residente contó que el bacheo que realizan “dura poco” porque “tapan sobre el agua” y al pasar los colectivos y camiones, el arreglo se deshace. “Volvemos a tener los pozos y los problemas de siempre. Y encima con la obra del paso a nivel, se complica más”, señalaron.
Las pérdidas de agua, visibles en varias esquinas, fueron calificadas como “un problema que para el intendente es insolucionable”. Según un vecino, “no hay una cuadrilla seria de ABSA que repare en tiempo y forma”. En Portal del Este, un caño roto inundó una cancha y parte del vivero durante mes y medio.
La situación impacta incluso en la salud pública. “Después nos quejamos del dengue y de las pestes, pero los espacios verdes están llenos de agua estancada por los caños rotos”, advirtieron.
También surgieron reclamos históricos como la falta de regularización del servicio de agua. “Nos dijeron que era más barato engancharnos que hacer la obra. Y así está el barrio. Ahora queremos que alguien nos escuche”, expresó otro vecino.
Una vecina contó que tiene una pérdida desde hace 20 años. Para evitar que el agua forme una laguna, su hijo tuvo que instalar una manguera desde el caño maestro hacia la vía. “No se puede caminar ni cruzar la calle. Las maestras bajan entre el barro y los charcos. Ya no sabemos qué hacer”.
Varios testimonios coincidieron en que los vecinos evitan ciertas calles para no dañar el auto o no quedar atrapados en los pozos. “La otra vuelta se quedó un auto. Tuvimos que ayudarlo entre varios”, relataron. “Hay una señora que anda con bastón y no puede pasar. Se puede caer. Es un peligro”.
