En Bahía Blanca, las palomas no solo comparten el espacio urbano: lo invaden. Sus excrementos ensucian veredas, monumentos y edificios públicos, y su proliferación se convirtió en una molestia constante para vecinos, instituciones y comercios. Pero más allá del fastidio cotidiano, también representan un riesgo sanitario. Frente a este escenario, un equipo de investigación local lanza una propuesta inusual pero clave: contar palomas. Y lo hará con ayuda de la ciudadanía.
Lucas Verniere, técnico y biólogo del Instituto de Investigaciones Biológicas y Biomédicas del Sur (INBIOSUR – CONICET), lidera el proyecto que busca convocar a voluntarios para realizar un censo de palomas en Bahía Blanca, un estudio sin precedentes en la ciudad.
“Queremos primero tener una idea de dónde estamos: cuál es el tamaño de la población de palomas, cómo se distribuyen por la ciudad. Y para eso necesitamos voluntarios para este muestreo. Es una forma de hacer ciencia ciudadana”, explicó Verniere.
El relevamiento se desarrollará durante los meses de julio y agosto, y la inscripción ya está abierta. No hace falta ser especialista ni tener formación previa, solo disponer de dos horas por día, tres veces por semana, y sumarse a una breve capacitación inicial, tras la cual se asignarán zonas específicas de observación. El objetivo es claro: mapear la presencia de estas aves para conocer dónde se concentran, cómo se comportan y qué sectores presentan mayores conflictos.
“En todas las ciudades las palomas se comportan distinto: comen diferente, se mueven distinto, acceden al agua de maneras diversas. Bahía Blanca no es la excepción. Necesitamos entender esos factores para tener información útil y compararla con otras ciudades donde ya hay estudios“, agregó el investigador.
El diagnóstico que surja de este trabajo será el punto de partida para formular nuevas preguntas, pensar estrategias y evaluar, si fuera necesario, medidas de control o intervención. Sin datos, no hay soluciones efectivas.
La iniciativa se enmarca en la creciente preocupación social por el impacto de la fauna urbana en el ecosistema humano. En este caso, el foco está puesto en una especie que dejó de ser solo parte del paisaje para convertirse en un verdadero desafío.
Los interesados en participar pueden inscribirse a través del formulario disponible en la página oficial del instituto. El llamado está abierto hasta que comiencen los relevamientos.
