“Con sabor a poco”: la familia de Sebastián Insabraldis tras la condena a Peralta

Después de un largo proceso judicial, la sentencia dejó más vacío que alivio. Fabrizio Exequiel Peralta fue condenado a tres años de prisión en suspenso y diez años de inhabilitación para conducir por el choque ocurrido el 15 de enero de 2023 en la intersección de Ruta 3 y calle Charlone. En ese hecho, Sebastián Leonardo Insabraldis perdió la vida y Nicolás García sufrió heridas gravísimas que derivaron en la amputación de una pierna.

El fallo judicial lo encontró culpable de homicidio culposo y lesiones culposas gravísimas, ambos agravados por el uso de un vehículo y el exceso de velocidad. No irá preso, al menos por ahora, pero deberá cumplir con reglas de conducta estrictas que, si no respeta, podrían revocar la libertad condicional.

Para la familia de Sebastián, la sentencia no alcanza. “Con sabor a poco”, expresó una de sus hermanas tras conocer el fallo. “Esperábamos una pena más alta, algo que signifique algo para él. Porque él mató a una persona y dejó a otra con una discapacidad terrible de por vida”.

La posibilidad de apelar está sobre la mesa. “Seguramente lo vamos a estar hablando con el abogado. Fue un día largo, estábamos esperando mucho, pero en los próximos días vamos a resolverlo”, señalaron.

El lugar donde ocurrió la tragedia también fue parte del testimonio. Allí se colocó una estrella amarilla, símbolo del recuerdo, pero que para la familia no basta. “Este cruce es un peligro total. Falta iluminación, señalización, todo. Si me preguntás cómo querría recordar a mi hermano, sería pasar por acá y saber que está todo en condiciones para que nadie más muera“, dijo con firmeza.

Durante el juicio, la familia remarcó algo que consideran esencial: Sebastián y su acompañante llevaban casco, no tenían alcohol ni drogas en sangre, y la moto contaba con luces reglamentarias. “Queremos que esto se sepa, porque muchas veces se prejuzga. Y también decirle a todos los vecinos de Bahía que tomen conciencia cuando manejan. Siempre hay alguien que los espera en casa”.

La ausencia de Peralta, tanto antes como durante el juicio, también fue un golpe. “Nunca se acercó. Ni él ni su familia. Nunca. Y eso duele“, relataron.