Corazones Solidarios sostiene la tarea cotidiana en los barrios, en un contexto agravado por las bajas temperaturas. En estos días reparten leña en coordinación con la Delegación Noroeste, pero la demanda supera los recursos: unas 190 familias dependen de esa ayuda.
“No hay un envío fijo. Solo repartimos cuando llega leña a la delegación”, aclara Paola Vergara. A eso se suman pedidos urgentes de estufas eléctricas (45) y salamandras (4). “Nos ayuda un papá, Cristian Gómez, que se ofreció a restaurarlas. Incluso pasamos a retirarlas si alguien tiene alguna que no use”.
En muchos hogares precarios, el uso de estufas eléctricas es un riesgo. “Hoy mismo se incendió una casa en Maldonado por un cortocircuito. Por eso buscamos alternativas más seguras”, advierte.
Menos frazadas, pero igual necesidad
Comparado con inviernos anteriores, el impacto de las inundaciones recientes modificó el panorama: “La demanda de frazadas bajó. El año pasado a esta altura teníamos 70 pedidos, hoy no llegamos a 15. La ayuda que llegó tras la emergencia fue enorme y eso alivió muchas situaciones”.
