El Concejo Deliberante se prepara para debatir y posiblemente aprobar un nuevo incremento del 19% en la tarifa del transporte público. La medida, que se tratará en la próxima sesión ordinaria, ya cuenta, según el concejal Martín Barrionuevo, con los votos necesarios para ser sancionada por mayoría simple. “Hasta lo que tenía entendido, estarían los votos”, aseguró el edil, en referencia al respaldo del oficialismo y los bloques liberales.
La suba se plantea en un contexto donde los aumentos tarifarios previos quedaron muy por debajo de la inflación acumulada. Según Barrionuevo, desde el último estudio de costos realizado en julio del año pasado hasta hoy, el índice de inflación superó el 37%, mientras que el boleto solo aumentó un 29% en total, incluyendo el ajuste de febrero. “Está muy por debajo del costo de vida. Por eso creemos que no tendría que haber mucho problema con la aprobación”, argumentó.
El proyecto había sido pospuesto semanas atrás por falta de consenso entre los bloques. Algunos concejales pidieron revisar mejor la iniciativa, aunque, según Barrionuevo, no se presentaron modificaciones significativas al expediente: “Yo no escuché ni me han planteado, como presidente de la Comisión de Transporte, ningún tipo de cambio”.
Otro punto clave en la discusión es el financiamiento del sistema. Aunque el subsidio provincial aumentó nominalmente, en términos reales perdió valor frente a la inflación. Lo mismo ocurrió con el subsidio municipal, que se mantuvo en 130 pesos por pasajero desde junio de 2023. “Eso implica una reducción real del 25% al 30% del esfuerzo que venía haciendo el municipio”, explicó el concejal.
La medida también impactará en algunos sectores que, hasta ahora, no pagaban pasaje, como personal de salud y fuerzas de seguridad. “Esto representa un recupero de ingresos para el sistema, ya que esos sectores empezarán a abonar el boleto como cualquier otro usuario”, indicó Barrionuevo.
A mediano plazo, el debate se trasladará al rediseño estructural del sistema de transporte. Las actuales licitaciones están prorrogadas y Barrionuevo subrayó la urgencia de trabajar desde ahora en nuevas bases: “No podemos llegar de nuevo sin nada listo. Tenemos que pensar en un nuevo esquema, y eso también requiere avanzar con el Código de Planeamiento Urbano, que trace cómo va a crecer la ciudad en los próximos 10 o 20 años”.
El futuro del transporte bahiense parece entonces atado, por un lado, al voto de la coyuntura y, por otro, a una planificación que todavía está pendiente. Mientras tanto, el boleto, que pasó de $895 a $1.184, refleja una tensión crónica: el desfasaje entre el costo real del servicio y una tarifa que intenta no golpear de lleno el bolsillo, pero que tampoco alcanza para sostener un sistema dañado.
Por otro lado, Pablo Daguerre cuestionó que el gobierno municipal insista en ajustar la tarifa como único camino para sostener el sistema. “No puede ser que sistemáticamente el único tema que venga al Concejo Deliberante relacionado al transporte público de pasajeros sea la tarifa”, insistió. Y fue más allá: “Eso es algo que el oficialismo hace desde que está en el gobierno, y consideramos que no es lo adecuado”.
Según el concejal, su bloque viene proponiendo medidas concretas para mejorar el funcionamiento del sistema, muchas de ellas consensuadas con los propios usuarios y hasta con el gremio de choferes, pero sin obtener respuesta del Ejecutivo. “Presentamos proyectos sobre la capacitación de choferes, controles más estrictos a las empresas, y hasta un sistema QR para garantizar que todos los pasajeros paguen su boleto. Nada fue atendido”, detalló.
En diálogo con Sietemundo, Daguerre remarcó que el problema no es solamente económico, sino de eficiencia. “El equilibrio del sistema no es solo una ecuación económica, también depende de que las empresas presten un servicio de calidad y de que el municipio controle. Hay usuarios que pagan su boleto todos los días, y terminan absorbiendo el costo de quienes no lo hacen por falta de fiscalización”.
A pesar del contexto inflacionario que presiona sobre los costos del servicio, el radicalismo no rechaza de plano un reajuste, pero exige condiciones. “No nos oponemos al aumento de la tarifa porque sabemos que hay costos que suben, que hay una masa salarial que atender. Lo que decimos es que no puede ser lo único que se discuta. Si no mejoramos la frecuencia, el estado de las unidades, el control, vamos a seguir perdiendo usuarios”.
El planteo del radicalismo resuena con fuerza en la previa de la votación. Y aunque Daguerre admitió que “probablemente haya algunos votos de Juntos que acompañen”, aclaró que “la gran mayoría del bloque no lo va a hacer”.
Esta entrada ha sido publicada el 10 de julio, 2025 13:09
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