Bahía

“Más que un aumento, es una corrección”: el municipio defiende la nueva tarifa del transporte público

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El subsecretario de Transporte y Movilidad, Fabián Lliteras, confirmó que el reciente aumento en la tarifa del transporte público de pasajeros en Bahía Blanca comenzará a regir en un plazo estimado de entre 7 y 10 días, una vez cumplidos los procesos administrativos y tecnológicos necesarios para su implementación. El valor pasará a ser de $1.184, lo que, según el funcionario, representa un ajuste más que un incremento brusco.

Más que un aumento, es una corrección de actualización”, explicó Lliteras, al tiempo que señaló que solo el 23% de los usuarios paga la tarifa plana, y que el 70% de ellos realiza entre uno y diez viajes mensuales, lo que implica un impacto económico de alrededor de $890 por mes.

La medida fue aprobada por mayoría en el Concejo Deliberante, aunque varios ediles votaron en contra. Según Lliteras, eso respondió a factores políticos vinculados al cierre de listas y a la coyuntura electoral, más que a cuestiones técnicas. Aún así, destacó que el expediente fue acompañado con datos concretos del sistema, incluyendo el modelo de subsidios y el análisis de costos.

Subsidio al pasajero, no a las empresas

Uno de los puntos que el funcionario buscó aclarar es el destino de los subsidios. “El que recibe el subsidio es el pasajero”, afirmó, y explicó que los descuentos por usuario frecuente, el segundo pasaje sin cargo y otros atributos sociales son cubiertos por el Estado, que luego reintegra esos montos a las empresas. “No se subsidia a la empresa, se subsidia al viaje del vecino”, reiteró.

También puntualizó que el estudio de costos fue realizado en base a la antigüedad real de la flota, que ronda los 10 a 12 años, en lugar del estándar ideal de 5 años, lo cual redujo el impacto del nuevo cálculo tarifario. Aun así, reconoció que esta antigüedad no es la adecuada para un sistema de transporte moderno.

Un sistema en tensión

Desde fines de 2023, el transporte público local viene operando bajo un escenario crítico: caída de subsidios, retrasos en la licitación vencida y, desde marzo, la crisis de infraestructura vial producto de la pérdida de siete puentes en la ciudad, lo que obligó a modificar recorridos y aumentar kilómetros recorridos por las unidades.

El sistema sufrió un cimbronazo”, resumió Lliteras. Y señaló que, para mantener las frecuencias mínimas, las empresas deben hacer entre 20 y 25 cuadras extra por línea, lo cual encarece el servicio y exige la incorporación de más colectivos en determinados trazados.

Calidad vs. tarifa: un reclamo persistente

Tanto concejales como usuarios remarcaron que el debate se centró en el valor del boleto, pero no en la calidad del servicio, una deuda histórica del sistema. Lliteras admitió que los reclamos más frecuentes están relacionados con las demoras en las frecuencias y la distancia que deben recorrer los vecinos para acceder a una parada.

No obstante, afirmó que el municipio ya tiene en marcha un relevamiento de origen-destino y comportamiento real de los pasajeros para rediseñar los recorridos en la futura licitación. La meta: reducir la necesidad del boleto combinado, mejorar accesos a barrios con baja cobertura y alentar el uso del colectivo en zonas donde hoy el servicio no llega o no resulta competitivo.

Queremos achicar esos sectores para que toda la ciudad tenga un sistema acorde a lo que necesita”, sintetizó el funcionario.

La licitación, en suspenso

La renovación del sistema mediante una nueva licitación del servicio quedó suspendida debido a la emergencia vial. Lliteras explicó que, hasta tanto no se reconstruyan al menos algunos de los puentes, no es viable definir recorridos estables. El primero en reconstruirse sería el de Don Bosco, lo que permitiría volver a conectar sectores clave de la ciudad.

Un boleto menos caro que antes

Finalmente, Lliteras defendió el nuevo cuadro tarifario asegurando que, con esta corrección, Bahía Blanca pasa de estar entre las cinco ciudades con el boleto más caro del país a ocupar un puesto entre el 20 y el 25, dependiendo de las actualizaciones en otros distritos.

El desafío, como siempre, será equilibrar la sostenibilidad del sistema con la calidad del servicio y el acceso ciudadano. Por ahora, el ajuste se hace sentir en los bolsillos, mientras los cambios estructurales siguen en carpeta.

Esta entrada ha sido publicada el 11 de julio, 2025 14:19

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