Todo comenzó con la denuncia sobre una persona fallecida, pero rápidamente se sumaron más reclamos contra el hogar de adultos mayores Los Arcos, ubicado en barrio Patagonia. Las denuncias apuntan a situaciones graves, maltrato, deshidratación, mala alimentación y hasta lesiones físicas en algunos residentes.
En las últimas horas, las autoridades confirmaron que Gabriela Romero, propietaria del establecimiento, fue notificada con una orden de desalojo y clausura. La información fue corroborada tanto por familiares de los abuelos que residían allí, quienes hicieron las primeras denuncias, como desde Región Sanitaria.
Aún no se registró movimiento de desalojo efectivo, ya que el procedimiento sigue un proceso administrativo y legal que contempla varios pasos. En primer lugar, la propietaria debe entregar un listado completo con los datos de las personas alojadas y del personal que trabaja en el lugar. Luego, se debe abrir una comunicación formal con los familiares para coordinar la reubicación de los adultos mayores, que no es tarea sencilla.
La complejidad radica no solo en la disponibilidad limitada de cupos en otros hogares habilitados, sino también en la cuestión económica y administrativa. Hay que definir quién se hará cargo del costo del traslado y la nueva residencia, si la obra social o PAMI, y evaluar si las familias están en condiciones de afrontar un posible aumento en la cuota.
Además, el hogar Los Arcos opera bajo coberturas de obras sociales y prestadoras de salud, lo que añade otra capa de negociación para garantizar la continuidad del cuidado de cada adulto mayor en un espacio habilitado y seguro.
Respecto al futuro del hogar, todo dependerá de si la propietaria puede regularizar la documentación y cumplir con los requisitos legales para una posible rehabilitación del lugar. Los protocolos de habilitación son estrictos y engorrosos, y requieren una gestión cuidadosa y transparente.
En el día a día, el hogar sigue funcionando con normalidad, las empleadas continúan realizando sus tareas habituales y no hay señales visibles de desalojo inmediato. Sin embargo, el clima interno es de tensión y hermetismo, ya que algunas trabajadoras han denunciado previamente precarización laboral y no quisieron brindar declaraciones, remitiendo toda información a la dueña.
El caso, que partió de una sola denuncia vinculada a una muerte, se multiplicó hasta acumular más de siete reclamos formales, dejando al descubierto una realidad preocupante en el cuidado de personas mayores.
Esta entrada ha sido publicada el 15 de julio, 2025 14:17
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