Bahía Blanca aún late al ritmo de la catástrofe. Primero el tornado de diciembre de 2023, después la inundación de marzo de este año. Casas deshechas, vidas quebradas, barrios marcados por el dolor. Pero entre los escombros y el barro, como tantas veces, algo se mantuvo firme, la gente. Y a veces, esa gente llega desde lejos, pero se siente cerca.
El director del Hospital Municipal, Gustavo Carestía, lo resumió sin rodeos, “Nuestra ciudad fue golpeada con una fuerza inusitada por la naturaleza… Pero también emergió con fuerza lo mejor del alma colectiva”. Y entre esas manos extendidas, hubo una inesperada, la del grupo La Renga. Una banda de rock que no preguntó cuánto ni cómo. Simplemente actuó.
El 12 de abril, en La Plata, se vivió algo más que un recital. Fue un acto de entrega. La banda donó lo recaudado a Bahía Blanca, sin flashes ni fuegos artificiales, sin merchandising ni fines de lucro. Solo arte y corazón. Y ese corazón llegó directo al Hospital Municipal, que aún hoy batalla contra las secuelas de las tragedias recientes.
Uno de los representantes del equipo de La Renga, emocionado, pidió permiso para hablar. “No soy productor, soy un trabajador más… orgulloso obrero, como mi papá”. Contó cómo ese día nadie faltó, todos los sectores de trabajo dijeron presente, aunque no hubiera rédito económico. “El público de La Renga es familia”, dijo, y dejó flotando una idea, que en un tiempo de discursos de odio, todavía hay quienes eligen el camino del corazón.
El intendente Federico Susbielles también tomó la palabra y tejió un puente entre el pasado reciente y el presente dolido. Recordó el tornado del 16 de diciembre del 2023 y cómo el hospital respondió con profesionalismo y entereza. “Ese día estaban todos”, repitió, con la misma frase que había usado el equipo de la banda. Y trazó una línea clara, cuando la tragedia golpea, la respuesta no es institucional, es humana. Son las personas las que sostienen.
Susbielles también explicó cómo se gestó esta donación, el contacto con Jorge Rodríguez, el llamado de “Corcho” una semana después de la inundación, y la certeza de que los fondos debían ir al Hospital Municipal. Porque hay necesidades urgentes, porque el esfuerzo presupuestario siempre termina cayendo en lo local, porque en una ciudad castigada, el hospital es trinchera, refugio y esperanza.
“El gesto de La Renga fue simple, pero inmenso”, remarcó el intendente. “Es la donación más importante que recibió la ciudad y el hospital en su historia”. No hicieron falta cámaras ni músicos en el acto oficial. Bastó una voz trabajadora, la de un integrante de su equipo, para representar el espíritu de la banda.
Fue, sobre todo, una inyección simbólica. Un mensaje claro a Bahía Blanca, no están solos.
