El 18 de julio de 1994, un atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) provocó la muerte de 85 personas, 300 resultaron heridas y el hecho marcó para siempre a la Argentina. Hoy se cumplen 31 años de uno de los mayores ataques terroristas en la historia del país, y en este marco se realizó, como es tradicional, un acto en memoria de las víctimas en el monumento de la comunidad judía en la plaza Rivadavia.
Alejandro, es sobreviviente del atentado y estuvo presente en el lugar. Recordó ese día como “heridas que no se borran más” y aseguró, “En 1994 pasó el atentado, en 1995 fui por primera vez y la sirena me mató, nunca más fui y hoy vine. Voy a hacer fuerza, pero le tengo miedo a la sirena, soy muy fuerte, poderoso, he superado todo, tenía mi pierna más corta pero gracias al deporte y al triatlón me salvó la vida, yo estaba en el ascensor y el ascensor me salvó la vida”.
Con respecto al pedido de justicia y al día a día, Alejandro admitió que “Hay gente que se está encargando de eso, la gente de AMIA, agrupaciones que se encargan de conseguir esa justicia, yo me separé, soy más egoísta, busco que haya memoria. Los que lo vivimos fue un atentado al país, a Sudamérica, no solamente a los judíos. Mi mensaje es el de resiliencia, si te lo propones podes salir adelante, mi pierna se cortó en tres pedazos, en miles de pedazos, desde el primer día hasta el año que me dieron el alta me dijeron nunca más vas a poder correr y el año pasado en homenaje a los sobrevivientes al atentado a la AMIA, corrí una prueba de 50km en la montaña el Nono, estuve 13 horas, me caí un montón de veces pero lo pude hacer”.
