Jonathan Alfredo Zambrano Calderón, el hombre señalado por la familia de una mujer que denunció haber sido golpeada, atada y abusada sexualmente a la salida de una iglesia evangélica, carga con un impactante antecedente que volvió a cobrar relevancia tras la reciente acusación.
El 24 de julio de 2019, Zambrano, obrero de la construcción, sufrió un gravísimo accidente laboral mientras trabajaba en un edificio de calle 19 de Mayo al 67. Según se supo en ese momento, se rompió el montacargas y el trabajador cayó al vacío desde el quinto piso. En la desesperación por evitar la caída, intentó aferrarse a algo, pero una linga le amputó el brazo. También sufrió la fractura de un tobillo. Quedó colgado de cabeza y con el pie partido.

Zambrano, de origen ecuatoriano, fue derivado de urgencia al Hospital Municipal, donde los médicos intentaron salvarle el brazo. Sin embargo, no fue posible el reimplante por el grave daño en vasos sanguíneos, nervios y tendones. La amputación alcanzó el tercio distal del húmero, cerca del codo.
Pasó varios días internado en terapia intensiva, con asistencia respiratoria mecánica y en estado crítico.

Seis años después del hecho, la justicia confirmó que tres responsables de la obra deberán ir a juicio por el accidente: un ingeniero, un capataz y una inspectora de seguridad e higiene. Se trata de Ricardo Raúl Trobiani Rognoni, David Humberto Silva Esparza y Marcela Elba Tourn.
La Sala I de la Cámara Penal, con votos de los jueces Natalia Giombi y Gustavo Barbieri, confirmó que deberán enfrentar cargos por lesiones culposas.
Entre las pruebas más contundentes está la propia declaración de Zambrano: contó que revocaba en el quinto piso y que Silva Esparza le pidió ayuda para subir bolsas de yeso al décimo. Fue entonces cuando se desplomó el montacargas.
La familia de la mujer agredida sostiene que Zambrano habría contratado a personas para atacar a su ex pareja, con quien mantenía una conflictiva relación previa.