Por estos días, mientras las campañas de prevención del cáncer de mama o colon copan agendas y conciencias, hay un tipo de tumor que se abre paso en silencio, escondido detrás de síntomas que parecen triviales. El Dr. Sergio Recio, especialista en cáncer de cabeza y cuello, alza la voz en torno a una enfermedad poco visibilizada pero con fuerte impacto: “El cáncer de cabeza y cuello es una patología que realmente no ha tenido mucha difusión”, afirma.
Cada 27 de julio se conmemora el Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cabeza y Cuello, impulsado por la Federación Internacional de Sociedades de Cabeza y Cuello. Pero en Argentina, y particularmente en ciudades como Bahía Blanca, donde los índices de incidencia están entre los más altos del país y del mundo, esa fecha debería ser un punto de inflexión. “No tenemos estadísticas recientes, pero Bahía y Concordia estaban quinta y sexta a nivel global. Es un dato que no puede pasarse por alto”, advierte Recio.
La diferencia entre un diagnóstico temprano y uno tardío es abismal. “Si uno detecta el cáncer en estadios 1 o 2, las posibilidades de curación superan el 80%. Pero cuando llega en estadio 3 o 4, esa cifra puede caer a la mitad o menos”, remarca. Y las secuelas, incluso en casos exitosos, pueden ser devastadoras, afectan funciones esenciales como hablar, comer o respirar. “Son órganos que usamos todo el tiempo, y cualquier intervención tiene un impacto directo en la calidad de vida.”
Los tumores de cabeza y cuello no se localizan en el cráneo como muchos imaginan, sino en lo que los médicos denominan la vía aerodigestiva superior, boca, garganta, laringe y faringe. “Zonas con síntomas silenciosos al principio, pero que si se escuchan con atención, pueden advertir lo que se viene”, explica.
Recio destaca al menos cuatro signos de alerta para consultar sin demora:
Aunque tradicionalmente se vinculó este tipo de cáncer al consumo de tabaco y alcohol, hay un nuevo factor de riesgo en escena, el virus del HPV. “Hoy vemos casos en pacientes jóvenes, que ni fuman ni toman, pero presentan lesiones vinculadas al HPV, el mismo virus asociado al cáncer de cuello uterino”, alerta.
El Hospital Municipal cuenta desde 1999 con una unidad especializada en cirugía de cabeza y cuello. Allí trabajan Recio, en conjunto con otros servicios clave como oncología, odontología y radioterapia. “Tenemos un comité oncológico muy activo, discutimos cada caso en equipo, y las cirugías que realizamos están al nivel de hospitales de Buenos Aires o del interior más desarrollado”, asegura.
Además, hay odontólogos en salas periféricas que pueden ser el primer eslabón de la detección, aunque Recio reconoce que falta retomar campañas de prevención más amplias, “Durante años hicimos detección precoz, hoy eso se ha frenado, pero es urgente que vuelva”.
“El camino es la detección precoz”, insiste Recio. “La prevención pura es difícil porque intervienen muchos factores, pero sí podemos educar, alertar y transmitir que hay que consultar. No hay que tener miedo, si se detecta a tiempo, este cáncer se puede curar”.
Esta entrada ha sido publicada el 24 de julio, 2025 15:32
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