Por cada gol de la Selección Argentina en partidos oficiales, la Asociación del Fútbol Argentino se comprometió a donar una casa a una familia en emergencia habitacional. El primer impacto de ese acuerdo ya se siente en Bahía Blanca. Siete hogares nuevos, firmes sobre pilotes, destinados a familias que lo perdieron todo por las inundaciones o que vivían en condiciones extremas.
“Están pensadas como una solución de emergencia, pero son un verdadero lugar de resguardo”, explica Camila Zanoni, directora de comunicación de la Fundación Techo, una de las organizaciones ejecutoras de este proyecto junto al municipio local.
Las casas construidas son de dos tipos. Cuatro de ellas, de estilo progresivo y accesible, se levantaron en el Barrio Noroeste. Tienen unos 24 m², cuentan con comedor, baño con instalaciones, cocina, y todas están montadas sobre pilotes que las aíslan del suelo húmedo. Las otras tres, ubicadas en Ingeniero White, son viviendas de emergencia de unos 22 a 23 m², con un espacio común y un anexo para baño y cocina. Ambas versiones están pensadas para albergar hasta cuatro personas, aunque la configuración puede adaptarse: “Hay familias que la usan como anexo, otras le suman divisiones internas según sus necesidades”, dice Zanoni.
El sistema modular permite construir rápido, adaptar según el terreno (sin necesidad de una base de cemento tradicional), y resistir climas variados. “Las levantamos en Salta, en cerros, y también en zonas frías como Neuquén o Mendoza. Solo se necesita un espacio mínimo de 3 por 6 metros y la posibilidad de clavar pilotes. No es poco, pero tampoco imposible”.
Cada unidad puede durar hasta 15 años, si se realiza un mantenimiento adecuado, pintura exterior, cuidado de la madera y protección de las instalaciones internas. Pero más allá de lo técnico, hay una dimensión emocional imposible de pasar por alto. “Estas casas no solo resguardan del agua o del frío. Le dan a alguien la posibilidad de dormir sin miedo a que todo se inunde de nuevo. Es un cambio que se nota en la mirada, en la forma de hablar, en la dignidad recuperada”.
El convenio con la AFA sigue vigente. Y aunque la Selección aún tiene dos partidos por jugar, cada gol puede transformarse en un hogar.
