Desde el área de Epidemiología de Región Sanitaria I confirmaron la detección de ocho casos positivos de triquinosis en un brote familiar que tuvo lugar en Tornquist, aunque dos de los afectados residen en Bahía Blanca. La situación se originó tras la faena de un jabalí, cuyo consumo se realizó antes de conocer los resultados del análisis sanitario.
“Durante el invierno es habitual que aparezcan casos, por el aumento de la elaboración de productos caseros derivados del cerdo y la caza de jabalí”, explicó Jorgelina Scuffi, referente epidemiológica. La funcionaria detalló que “la carne fue enviada a analizar, pero ya había sido consumida cuando llegó el resultado positivo”. Los afectados comieron productos de la caza de un jabalí, una panceta y hamburguesas mal cocinadas. La profesional remarcó que lo único que mata a las larvas es el calor, el freezer no.
Scuffi remarcó que si bien los primeros síntomas suelen ser leves —“una diarrea o dolor de panza que muchas veces no lleva a consultar”—, la enfermedad puede agravarse: “Después hay una segunda etapa donde la larva pasa al músculo. Esa parte es muy dolorosa, genera edema en los ojos y puede comprometer órganos vitales como el corazón o el diafragma”.
Según explicó, “cuando las larvas llegan al músculo, ya no tiene arreglo. La larva queda para siempre y se maneja con analgésicos”. Por eso, recomendó evitar el consumo de chacinados crudos como salamines, pancetas o jamones sin certificación sanitaria: “El proceso de curado no mata al parásito”.
A nivel provincial, ya se reportaron más de 40 casos confirmados y otros 80 sospechosos, con un brote importante en Azul.
Desde el organismo insisten en analizar toda carne de origen dudoso y consumir únicamente productos elaborados por establecimientos habilitados.
