Por fin, el “hospitalito” del barrio dejó de ser un sueño postergado. En medio de un acto cargado de simbolismo, emoción y agradecimientos, se puso en marcha el nuevo Centro de Salud de Villa Harding Green, una obra que dignifica el trabajo del personal sanitario y marca un avance concreto para la comunidad.
Después de años de funcionamiento en la sociedad de fomento, el equipo del primer nivel de atención cuenta ahora con un espacio propio, accesible y equipado. La jornada, cargada de palabras sentidas, dejó en claro que este logro colectivo no es solo de una gestión, sino de la comunidad entera.
Lorena, jefa del área de atención primaria, sintetizó el sentimiento compartido, “es un privilegio inaugurar este centro que dignifica la atención de nuestros compañeros y nos permite tener un lugar amigable para la comunidad”.
Federico Susbielles, el intendente de la ciudad, no esquivó el contexto adverso ni las responsabilidades. “¿Qué futuro tenemos si no invertimos en salud y educación?”, se preguntó frente a los vecinos. Y añadió, “Esta obra estaba paralizada, como tantas otras. Pero este lugar era una urgencia. Cuando los bahienses nos unimos, no hay nada que nos detenga”.
El secretario de Salud, Federico Bugatti, celebró la concreción de un proyecto que había sido postergado y reconoció el papel clave de la sociedad de fomento, “sostuvieron la unidad sanitaria con esfuerzo durante años. Hoy recuperan ese espacio para nuevas actividades y nosotros ganamos un centro de salud con mejores condiciones”.
La propuesta sanitaria tendrá, además, un enfoque ampliado con la incorporación del programa Envión, que sumará actividades comunitarias y de promoción de la salud. Un paso más hacia la idea de que estos espacios no solo deben atender enfermedades, sino también prevenirlas y acompañar a las personas.
Diego Palomo, otro de los oradores, lo dijo sin vueltas, “Inaugurar hoy un centro de salud es un mensaje claro, no nos da lo mismo. No nos da lo mismo que un vecino sufra. Esto es un contrato entre la comunidad, el Estado y el equipo de salud”.
El reconocimiento también fue para quienes colaboraron en el proceso, la Cruz Roja por su ayuda en el equipamiento, el equipo de Obras Públicas por terminar la construcción, y la propia comunidad del barrio, que desde hace tiempo adoptó al centro como “el hospitalito”. Una vecina lo resumió así, “Fue muy esperado. Y estamos todos felices. Vamos a tener nuestro espacio y la sociedad de fomento podrá también crecer con talleres y actividades. Es un doble logro”.
