La memoria, la voz y la esencia de Lucas “Capocha” Alaniz encontraron un refugio en las páginas de un libro que hoy será presentado en el Teatro Don Bosco, a las 19:30, con entrada libre y gratuita. El proyecto, nacido de la complicidad entre la familia de Lucas y la escritora Elisabetta Pagliarulo, es definido como un sueño cumplido que trasciende la ausencia y mantiene viva su presencia.
“Este fue un proyecto que era para él, pero también para todos nosotros porque queríamos que trascendiera, que cumpliera este sueño”, expresó su mamá, María Quevedo, conmovida por la concreción de una idea que Lucas había acariciado durante años. El libro, asegura, encierra “su esencia, muchas de sus vivencias, sus picardías y mucho de lo que era él”.
Para Quevedo, cada página es un reencuentro, “Voy por la mitad, lo leo de a poquito y lo tengo en mi mesita de luz como mi gran tesoro. Es una guía y es volver a recordar sus palabras y cómo interpretaba la vida”.
Por su parte, Pagliarulo destacó la magnitud del desafío de poner en palabras la mirada de Lucas, “Fue un privilegio. Encontrarse con una persona como él es un plus muy importante. Su vida, atravesada por la enfermedad y la discapacidad, fue un ejemplo de resiliencia. Conocerlo me permitió ver la resiliencia viviente, eso era Lucas”.
El encuentro entre ambos, a la distancia, derivó en largas charlas donde emergieron reflexiones sobre la familia, el amor, la muerte y la vida cotidiana. “Hablar con Lucas no era perder el tiempo, era crecer en conocimiento, en lazos, en humanidad”, señaló la escritora.
La publicación no solo preserva la voz de Alaniz, también tiene un fin solidario, lo recaudado por la venta del libro será destinado a beneficio de Duba, institución de la que él fue directivo.
“Él está en todos lados, resumió su madre. Y nos abrazamos con el libro, porque es abrazar también a Lucas”.
