A más de dos décadas del crimen de Felipe Glasman, la herida sigue abierta. Aunque Vicente Colman fue condenado como autor material del asesinato, la identidad del autor o los autores intelectuales continúa siendo una incógnita.
Fernando Carignano, amigo de Glasman y expresidente de la Asociación Médica de Bahía Blanca, expresó su frustración por la falta de resolución completa del caso y apuntó contra las falencias en la investigación, “Los que debieron investigar, evidentemente, no lo hicieron bien. El resultado es claro, no se llegó a los autores intelectuales. Se dedicaron más a investigarnos a nosotros, a los amigos y a la Asociación Médica, que a quien realmente tenían que investigar”, sostuvo.
Carignano también recordó la influencia que había alcanzado la Asociación Médica bajo la conducción de Glasman, un crecimiento que pudo incomodar a sectores con poder económico, “Llevamos a la Asociación Médica a ser una de las instituciones más poderosas del país. Eso molestó a quienes hacen negocios con la salud, porque nosotros no lo hacíamos. Compramos hospitales, fortalecimos el gremio, y ese lugar de preponderancia pudo generar conflictos que señalamos a la fiscalía, pero nunca se investigaron”, señaló.
La condena contra Colman no satisface a quienes conocieron a Glasman. Carignano insiste en que lo central no es el ejecutor, sino la trama detrás del crimen, “El caso ejecutor importa poco. Lo que importa realmente es quién ideó esto, porque quien es capaz de planear un asesinato así puede idear otros crímenes también. Y no sé si no lo ha hecho”.
Para Carignano, el paso del tiempo no diluye la sensación de deuda, “Hicimos todo lo que pudimos, pero no fue suficiente. Hoy seguimos sin respuestas a la parte más importante de este magnicidio, quién ideó que se cometiera este aberrante hecho”.
