El Dr. Juan Ignacio Trobbiani, urólogo, subraya la importancia de que los varones incorporen a su rutina médica los controles urológicos anuales, una práctica que suele quedar relegada en comparación con los exámenes ginecológicos femeninos.
“Las mujeres, en general, están más acostumbradas, incluso desde el inicio de la adolescencia, a realizar controles. En los varones tenemos un poco de handicap, un par de años más. Pero así como vamos al odontólogo, al cardiólogo o a cualquier otro médico, hay que hacer controles urológicos”, explicó el especialista.
Trobbiani precisó que los varones sin antecedentes familiares deberían iniciar los chequeos a los 50 años, mientras que aquellos con historial de enfermedades urológicas en la familia deberían comenzar desde los 45. “Una vez por año siempre vale la pena la consulta con el especialista, por el tipo de abordaje que hacemos y por las enfermedades que se buscan”, añadió.
El control urológico abarca la evaluación de riñones, vejiga y próstata. En este último caso, el foco está puesto en dos patologías frecuentes, el cáncer de próstata, “la enfermedad más temida, pero que tiene su mejor oportunidad de tratamiento en un diagnóstico precoz” y la hiperplasia prostática benigna, que suele causar dificultades al orinar después de los 50.
El urólogo remarcó también la relevancia de vigilar la salud renal, “Vale la pena el control para poder hacer un diagnóstico y un tratamiento precoz que evite llegar a males mayores, como una insuficiencia que termine en diálisis”.
En cuanto al cáncer de próstata, Trobbiani señaló que su incidencia es alta, “Uno de cada siete u ocho varones va a tener cáncer de próstata en su vida. La diferencia está en detectarlo cuando es incipiente, porque el tamaño y la agresividad del tumor cambian las posibilidades de tratamiento. Con los controles anuales, eso en general se logra”.
