Mauricio Miguel sobrevivió a la tragedia del elevador Silo 5, ocurrida el 13 de marzo de 1985 en el puerto de Ingeniero White. Ese día, una explosión estremeció la ciudad entera, los edificios del centro sintieron el sacudón y 22 trabajadores perdieron la vida.
Cuatro décadas después, el recuerdo sigue intacto. Este martes, se inauguró un cenotafio en el puerto en memoria de las víctimas. “La verdad que es movilizante. Luchamos tanto para tenerlo acá y lo pudimos conseguir, porque es un recuerdo, una cosa que nosotros nunca vamos a olvidar”, expresó Miguel.
El exobrero recordó con crudeza aquella jornada, “Yo estaba en el 5 en ese momento, en la parte de cabeza noria. Había bajado para cambiarme porque ya me iba, y de pronto fue la explosión. Era un desastre, la gente gritando, compañeros quemados. Algunos me pedían que los salvara. Habíamos cobrado ese día y me decían ‘sácame la pata de la taquilla’. Una cosa es contarlo, otra cosa haberlo vivido”.
Durante aquellos años, el Silo 5 de la Junta Nacional de Granos operaba con un ritmo extenuante, 17 horas diarias, en dos turnos, desde la mañana hasta pasada la medianoche. “No le eludíamos al trabajo”, recordó el sobreviviente.
El cenotafio inaugurado en el puerto busca ser más que una marca física, un sitio de memoria para quienes dejaron su vida en el siniestro y para quienes aún cargan con las imágenes imborrables de ese día.
Esta entrada ha sido publicada el 16 de septiembre, 2025 17:02
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