La invasión de palomas en el micro y macrocentro bahiense se convirtió en una preocupación creciente para comerciantes, vecinos e instituciones. La suciedad en veredas y marquesinas, los daños en edificios y el riesgo sanitario por enfermedades transmitidas por estas aves generaron un reclamo conjunto ante el municipio.
Facundo Borri, representante de la Cámara de Comercio local, describió un panorama crítico: “Ya prácticamente es imposible convivir con esta situación, no solo para el comercio sino también para los edificios cercanos. Estamos confiados en que el municipio se va a hacer cargo y que antes de fin de año tendrá una respuesta”.
El problema no solo impacta en la higiene urbana sino también en la economía de los negocios. “Para los comerciantes es un gasto extra porque tenemos que pagar personal de limpieza e hidrolavadoras. Es imposible mantener las veredas limpias cuando permanentemente caen excrementos de las palomas”, señaló Borri. Además, alertó que estas aves transmiten “más de diez enfermedades respiratorias” que afectan directamente a la salud de la población.
Desde la Cámara de Comercio destacaron la necesidad de un trabajo conjunto entre el Estado y los frentistas. “No esperemos todo del municipio. Cada uno tiene que colaborar limpiando balcones, marquesinas y frentes. También pedimos sanciones a los dueños de locales abandonados, porque son focos de infección”, remarcó Borri, al tiempo que recordó que inmuebles como la Escuela N° 2 o el ex Banco Hipotecario presentan serios problemas de higiene.
En este marco, los comerciantes valoraron la voluntad del municipio, aunque exigen resultados inmediatos. “Estamos conformes con las reuniones, pero ahora necesitamos respuestas concretas. Esto es una plaga, como las ratas o las cucarachas, y debemos tomar medidas cuanto antes”, concluyó Borri.
Esta entrada ha sido publicada el 25 de septiembre, 2025 15:00
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