El malestar vecinal crece en la intersección de Entre Ríos y Castelli, donde un desborde cloacal mantiene en vilo a los habitantes desde hace más de 15 días. Los reclamos a la empresa ABSA se multiplican, pero las respuestas no llegan, y la situación ya es calificada por los propios vecinos como “insoportable”.
En la zona, la tapa de una boca de registro permanece levantada para evitar que los líquidos cloacales ingresen a las viviendas. Sin embargo, la “solución” adoptada genera un verdadero río de aguas servidas que recorre varias cuadras hasta llegar a Terrada, acumulándose en un pozo natural de la calzada.
“Es un asco, no se puede estar acá. El olor es insoportable, no se puede ventilar la casa y hasta el auto se lleva la mugre al garage”, relató una vecina, que aseguró haber realizado tres reclamos formales sin obtener respuestas. Otra habitante de la cuadra graficó la situación: “Tuvimos que poner cartón en las ventanas para que no entre el olor. Hasta el lavarropas larga ese hedor”.
La situación no solo afecta a las casas linderas. “Aunque vivamos a una cuadra, el olor nos llega igual con el viento. No podés abrir ni una ventana”, explicó otra vecina. Un vecino añadió: “Vinieron, estuvieron unas horas, destaparon un poco y se fueron. Nunca más volvieron. Esto es un asco”.
El derrame impacta también en la vida cotidiana: quienes transitan en auto, bicicleta o moto terminan trasladando los desechos a sus hogares. “Se genera un río de cloaca que se reparte por todo”, se quejó otra vecina.
Los habitantes esperan que la visibilización del problema acelere una respuesta. Mientras tanto, conviven con olores nauseabundos y un foco de contaminación que ya se extiende por tres cuadras.
