En la previa de Halloween, la ciudad ya vive el clima festivo que, año tras año, gana más popularidad entre chicos, jóvenes y familias. Con las calles y los negocios decorados con calabazas, telarañas y esqueletos, los comerciantes locales celebran un incremento en las ventas respecto a años anteriores.
“La venta viene muy bien, arrancó temprano este año”, contó Tania, comerciante del rubro de cotillón. Explicó que el movimiento comenzó semanas antes, impulsado por actividades escolares: “En las escuelas primarias y jardines organizaron talleres literarios de terror, entonces los chicos venían a buscar disfraces o accesorios. Eso hizo que Halloween se adelantara”.
En cuanto a las preferencias, los niños siguen eligiendo los clásicos. “Los más chicos van con las calabazas, las brujitas y los magos. Volvió Harry Potter, que se había dejado un poco de lado”, detalló la vendedora.
Entre los adolescentes, la tendencia es otra: “Los jóvenes son más osados, se disfrazan de personajes más llamativos, como enfermeras o doctores asesinos, calaveras y piratas. También buscan recrear figuras de películas de terror”, comentó.
Uno de los productos estrella de esta temporada son las máscaras con luces, que se venden desde $7.500. “El boom fue todo lo luminoso. Las máscaras con luces fueron muy bien aceptadas, y además hay una gran variedad y precios para todos los bolsillos”, aseguró Tania.
Además de los disfraces, creció la venta de artículos para decorar casas, locales y bares: “Trajimos mantelería, servilletas, platos, vasos, cortinas y una variedad increíble de globos. Muchos restaurantes y confiterías también decoran sus espacios”.
