En medio de la discusión por la nueva Tasa de Servicios Urbanos (TSU) y el incremento previsto para 2026, el presidente del Concejo Deliberante, Mauro Reyes, expresó fuertes reparos sobre el modo en que el Ejecutivo municipal impulsó la transformación del histórico esquema de Alumbrado, Limpieza y Conservación de la Vía Pública (ALC).
Reyes consideró que el sistema anterior necesitaba modificaciones, pero remarcó que el proceso se llevó adelante sin la profundidad de análisis que ameritaba un cambio estructural. “Era importante remodelar la tasa ALC, que venía con un formato antiguo; esta tasa de servicios urbanos presenta una modificación interesante, pero faltó un debate para pensar si realmente cobrar por metros cuadrados construidos es lo correcto”, señaló.
El titular del cuerpo deliberativo planteó que, antes de avanzar con un aumento, el municipio debe transparentar los costos reales de los servicios involucrados. “Si los ingresos no alcanzan para cubrir los costos, primero hay que decir cuál es el verdadero costo de cada uno de los servicios y recién ahí prorratearlo en los distintos barrios”, afirmó, marcando que las decisiones deben basarse en datos públicos y verificables.
Para Reyes, el Ejecutivo omitió un paso clave: discutir con los concejales —representantes directos de los contribuyentes— la metodología y los criterios de cálculo que impactarán sobre las boletas de todo el año próximo. “Sin el debate necesario, especialmente con quienes representan a los vecinos, no se puede avanzar en un esquema que tendrá efecto durante todo 2026”, cuestionó.
El presidente del Concejo también advirtió que el aumento proyectado supera la inflación del 2025, a diferencia de lo aplicado en años anteriores. Según explicó, tanto en gestiones previas como en la actual, los ajustes habían sido moderados, pero esta vez la suba resulta más significativa debido al nuevo sistema de medición.
