
Dos afters fueron clausurados este fin de semana en pleno microcentro de Bahía Blanca, tras una serie de denuncias de vecinos que alertaron sobre música a alto volumen, consumo de alcohol y movimientos inusuales durante la mañana del domingo. El operativo estuvo a cargo del área de Fiscalización municipal, encabezada por su jefe, Leandro Pérez, quien confirmó que las intervenciones se realizaron en Soler 532 y Estomba 209, dos espacios que —según sostuvo— “son medianamente nuevos” en la escena nocturna local.
Pérez explicó que el primer procedimiento comenzó “tipo 8 de la mañana” en Soler, donde funcionaba un bar-confitería que iniciaba su actividad a las 5.30 y continuaba “hasta el mediodía”. En el lugar se contabilizaron unas 150 personas. “Comprobamos que salían todos con los vasos cuando hicimos el desalojo”, señaló, al describir la magnitud del evento y la presencia de bebidas alcohólicas en la vía pública.
Casi al mediodía, cerca de las 11.30, la guardia municipal recibió otra denuncia desde Estomba 209, un inmueble que antes se utilizaba para actividades de danza y que ahora había sido reconvertido en un after. Allí se encontraron unas 80 personas, música electrónica a alto volumen y consumo de alcohol. “Es un lugar del que no teníamos conocimiento como after, es medianamente nuevo”, explicó Pérez, quien indicó que incluso debieron solicitar apoyo policial para identificar a la responsable del sitio.
El funcionario destacó que los dos locales se encuentran en “una zona muy céntrica, con muchos edificios”, lo que intensifica las molestias por ruido. “El after viene todo el año, pero ahora llega esta época y hay más cantidad”, afirmó, aludiendo a la llegada de diciembre, un mes históricamente cargado de eventos y reuniones nocturnas. Además, sostuvo que este tipo de fiestas “solían hacerse en quintas o en las afueras”, pero que en las últimas semanas han notado un “cambio hacia el centro”.
Pérez remarcó el rol clave de los vecinos en la detección de estas actividades: “La denuncia del 107 es lo que nos favorece para poder ubicar el lugar y activar con el desalojo y las clausuras”. Explicó que, si bien el área monitorea redes sociales para anticiparse a la organización de afters o fiestas clandestinas, “como van rotando mucho y cambian los lugares, cuesta detectarlos sin reclamos previos”.
Los procedimientos se dan en la antesala de un mes donde, según afirmó el jefe de Fiscalización, se espera un incremento de estas actividades: “Sabemos que hay un montón de eventos y que después del boliche buscan algún lugar para seguir con la fiesta”.
Esta entrada ha sido publicada el 1 de diciembre, 2025 14:25
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