
La aparición de un pez de origen asiático en la costa de Viedma encendió las alarmas entre pescadores e investigadores de la región. El ejemplar, identificado como gobio (Tridentiger bifasciatus), es una especie invasora que se ha expandido en distintos continentes a través del agua de lastre de barcos mercantes, el mismo mecanismo que introdujo otras especies problemáticas como el cangrejo verde o el alga undaria.
La investigadora Andrea Tombari, del Centro de Investigaciones y Transferencia de Río Negro (CIT–UNRN), explicó que el hallazgo se dio gracias a dos pescadores deportivos que suelen colaborar con el equipo científico: “Trajeron la especie porque no la conocían y los tuve un tiempo en peceras para estudiarlos”, señaló. Los ejemplares medían entre cinco y ocho centímetros y no coincidían con las especies habituales de la zona.
Tombari confirmó que el río Negro ya muestra un fuerte impacto por la introducción de fauna externa: “Río Negro tiene casi… ya tiene el 50% de sus especies que no son propias”, advirtió. Sin embargo, destacó que es menos frecuente detectar especies provenientes del exterior. Además de la carpa y las truchas, el gobio se suma ahora a la lista.
La especialista vinculó la presencia de este pez con registros previos en la costa atlántica bonaerense: “Encontré un trabajo del año pasado en Pehuen Co, donde ya estaba citada la especie”, explicó, agregando que su llegada se relaciona con el transporte de larvas en el agua de lastre de buques, pese a que existe un protocolo internacional para evitarlo. “Evidentemente esto no sucedió”, remarcó.
Sobre su adaptación, Tombari indicó que el estuario de Viedma ofrece condiciones favorables: “Mientras mantengan una salinidad medianamente que no tenga tanta variación, los peces se adaptan”. Añadió que el gobio suele utilizar fondos arenosos o rocosos, y que en la zona encontraron escombros que funcionaron como refugio artificial para la especie.
El impacto ecológico todavía es incierto. “Lo único que tenemos nosotros hasta el momento es la identificación de la especie y su presencia frente a Patagones. Pero no sabemos más”, explicó. El equipo comenzará a estudiar su dieta —ya confirmaron que es carnívoro— y a evaluar si podría convertirse en un invasor establecido. También buscan determinar qué especies locales compiten por alimento y cuáles podrían depredarlo.
Tombari recordó que la introducción de especies exóticas es uno de los factores más graves en la pérdida de biodiversidad: “Encuentran un lugar donde se pueden desarrollar, donde no tienen predadores naturales, y empiezan a desplazar a las especies autóctonas”. En ese sentido, mencionó que incluso especies bien valoradas por el turismo, como las truchas, “son tan exóticas y destructivas como la carpa”.
El gobio, conocido también como gobio shimofuri, puede alcanzar hasta 12 centímetros y no presenta toxicidad, aunque tampoco tiene valor gastronómico. Su comportamiento territorial lo vuelve atractivo para acuaristas, pero no para consumo.
La investigación recién comienza, y los científicos esperan avanzar en un monitoreo que permita determinar si el pez logrará instalarse definitivamente en el estuario de Río Negro.
Esta entrada ha sido publicada el 2 de diciembre, 2025 22:54
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