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domingo 28 de abril
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Las secuelas ocultas del COVID-19: el martirio del superolfato

Érica se contagió en septiembre y desde allí, su percepción de los olores cambió por completo: “Tengo hipersensibilidad, es insoportable”.

Erica tiene 46 años. Su historia reciente dice que en septiembre del 2020 tuvo coronavirus. La pasó pésimo, pero la enfermedad no se ensañó letalmente con ella: en octubre tuvo el alta. Sin embargo, el virus le tenía guardado un castigo cruel en forma de secuela. Ocho meses después, la mujer huele todo al extremo y superpotenciado. Es una situación insoportable y angustiante que termina provocándole cefaleas y náuseas. Se descompone cotidianamente.

Su vida se volvió una pesadilla dentro y fuera de su casa. Toda su rutina cambió. En su hogar, Erica guardó velas, regaló o guardó en un placard perfumes y cremas, dejó de usar suavizantes para la ropa y cebollas para sus platos. Tiene que usar todo inoloro para hacer el día a día más llevadero aunque los olores se le cuelan sin su permiso. Dejó de tomar café porque le sentía olor a podrido y lo reemplazó por mate, infusión que nunca le había gustado.

El afuera es una continuidad horrorosa: carga nafta con tres barbijos, si va a la casa de un familiar o amigo le pide que aleje todo lo que tenga olor, no puede ir a algunos comercios y mide sus pasos al extremo para no ser presa de algún olor inesperado. Está atrapada. Hasta sus relaciones íntimas están en jaque.

Así se lo contó Erica a Nelson Castro en su sección “Las secuelas ocultas del Covid” para Telenoche. “Tengo hipersensibilidad. Llegué a esta situación después de pasar por todo lo contrario: al principio perdí el olfato y el sabor y después me fui para el otro lado. Ahora huelo todo a varios metros de distancia. Es muy angustiante”, resumió.

“Saqué todo lo que en casa tenía olor. Regalé perfumes y cremas. Saqué las velas. Cambié muchas cosas que me hacían bien y me gustaban porque me agarran náuseas y dolor de cabeza. Es insoportable”, agregó.

Con esta secuela sobre sus espaldas, Erica está en tratamiento médico para reeducar su olfato y ver si puede volver a ser la mujer que alguna vez fue. El tratamiento se basa en tomar olores que el paciente considera placenteros para, a partir de ahí, arrancar. No va a ser fácil. Como todas las alteraciones o las distorsiones del olfato que trajo aparejadas el covid, no tiene un plazo concreto para curarse. No hay un principio ni fin a su problema.

Según los especialistas, la hipersensibilidad se da en 5 casos cada mil pacientes que sufrieron coronavirus. Las que más lo sufren son las mujeres. Aunque no está confirmado, consideran que detrás de esta tendencia hay un factor hormonal sumado a la lesión.

Érica es uno de esos casos en estudio. Ella confía en mejorar y adquirió un hábito que ahora es una de sus puertas de salida: camina mucho al aire libre, rodeada de naturaleza. Es uno de los pocos espacios donde encuentra paz.

Fuente: TN

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