Un violento episodio interrumpió el normal desarrollo de un partido de la Liga Amateur de Básquet de Bahía Blanca, cuando el jugador Matías Madami, integrante del equipo All In y de Urgara, agredió salvajemente a Claudio Ramírez, dejándolo inconsciente.
Según el relato fue atacado por la espalda, arrojado al suelo y luego pateado en la cabeza. La secuencia generó una inmediata intervención de los organizadores. “Nos enteramos al instante. Estábamos ahí, y dos de los cuatro coordinadores de la liga se acercaron rápidamente para asistir a Claudio y entender la gravedad de lo ocurrido”, explicó Facundo Retondo, uno de los responsables del torneo.
El herido fue atendido de inmediato por el servicio de emergencias médicas y trasladado al hospital para recibir estudios. Desde la organización mantuvieron contacto constante con Claudio durante el domingo y el lunes, priorizando su estado de salud y brindándole todo el apoyo necesario. “Gracias a Dios está evolucionando bien. Tiene dolores lógicos por el golpe, pero está fuera de peligro”, aseguró Retondo.
La liga, que lleva más de 15 años promoviendo el básquet como un espacio de encuentro, camaradería y sana competencia, reaccionó con firmeza. El lunes a primera hora se envió un comunicado a todos los delegados informando lo sucedido y solidarizándose con la víctima. Por la tarde, el Tribunal de Disciplina resolvió la expulsión inmediata e indefinida de Matías Madami, tanto como jugador como espectador. “No puede participar más de la liga ni acercarse a los partidos. Fue una decisión unánime y firme”, indicó el coordinador.
Desde la organización también confirmaron que es la primera vez que ocurre un hecho de esta magnitud en la historia del torneo. “Estamos totalmente sorprendidos. No es el espíritu que promovemos. La mayoría de los que juegan son exjugadores que siguen disfrutando del básquet con amigos. Esto fue una excepción gravísima que lamentamos profundamente”, subrayó Retondo.
Madami se comunicó con los organizadores tras la sanción. Pidió disculpas, pero no ofreció mayores explicaciones sobre su accionar. “Escuchamos su versión con respeto, pero no la compartimos. Cada uno debe hacerse responsable de sus actos”, remarcó el vocero de la liga.
A pesar del impacto, la competencia continúa. El partido en cuestión fue dado por finalizado con victoria para el equipo de Ramírez, y los encuentros programados retomaron su curso habitual. “El mensaje fue claro: no hay lugar para la violencia en nuestra liga. Esto es deporte, no una batalla”, concluyó Retondo.
