El fiscal Jorge Viego confirmó este viernes que existen importantes contradicciones en la declaración de Maximiliano Velázquez, el único detenido por las muertes de Mirian Velázquez y Mariana Bustos, ocurridas en una vivienda del barrio Thompson de Bahía Blanca.
Según explicó el fiscal, el acusado intentó “posicionarse procesalmente en otro lugar del hecho”, pero su relato presenta inconsistencias con las pruebas y con los registros fílmicos del caso.
“Nos dice que al llegar tomó mate con su prima, que ella llamó a otra persona que estaba en la habitación y que escuchó una voz masculina responder ‘ahí voy’. Sin embargo, esa persona nunca apareció”, detalló Viego.
Velázquez incluso describió a ese supuesto hombre como físicamente parecido a él, con una moto roja, casco negro y guantes blancos, los mismos elementos que él utilizaba. “Nos fue poniendo cosas que tenía, pero en cabeza de otra persona”, señaló el fiscal.
Durante su declaración, el detenido también mencionó haber visto una campera camuflada y precintos sobre la mesa, elementos que —según dijo— pertenecían a ese tercero. Sin embargo, los investigadores no hallaron pruebas de que otra persona haya ingresado al lugar antes de las 18:30, hora en la que las cámaras registran la llegada de Velázquez.
“Nos obliga a revisar las cámaras previas para ver si alguien más entró, pero hasta el momento no hay registros de otra persona”, aclaró Viego.
Otro punto clave para la fiscalía son las lesiones que presentaba el acusado al momento de su detención. El examen médico determinó que se trataba de rasguños compatibles con una defensa, incluso con marcas de uñas sobre el pecho.
“Tiene heridas claras: una sobre el pecho, otras dos en el rostro y varias en el abdomen. Esto nos indica que una de las víctimas se defendió del ataque”, sostuvo el fiscal.
Cuando fue consultado por esas lesiones, Velázquez aseguró que se las había provocado ordenando una estantería que se cayó sobre él el domingo anterior al hecho. Pero esa versión también fue desmentida.
“Dijo que el aparato que le causó las heridas estaba en su casa, pero cuando fuimos con la policía y un testigo, no había nada. La mujer nos confirmó que en ese domicilio nunca existió ese artefacto”, precisó Viego.
El fiscal adelantó que continúan las pericias y el análisis de cámaras para reconstruir los movimientos de Velázquez antes y después del crimen.
“Hay que manejar todo con cautela, pero los indicios apuntan a que intentó desviar la investigación con un relato armado”, concluyó.
